El premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz advierte de que si España finalmente opta por solicitar la ayuda del Banco Central Europeo (BCE) a cambio de unas condiciones de austeridad como las impuestas en países como Grecia, el país cometería un "suicidio". El economista americano dejó claro en una entrevista a Efe que la oferta del BCE de una compra ilimitada de bonos a cambio de satisfacer condiciones aún no especificadas suena "claramente a rescate" y a una oferta de ayuda "a cambio del suicidio".

A juicio del estadounidense, la cuestión es saber si lo que las autoridades monetarias pretenden es ayudar a los ciudadanos o a los bancos que incurrirían en pérdidas en caso de que España no pudiese refinanciar su deuda.

El Nobel de Economía en 2001 tiene claro que Europa debería poner el foco en el crecimiento y la inversión si quiere reestructurar su economía, y cree que "el diagnóstico alemán" está "absolutamente equivocado" cuando acusa a países como España de gastar demasiado. De hecho, si el país profundiza cada vez más en la depresión es, según Stiglitz, porque los funcionarios internacionales han "subestimado" la magnitud de la crisis que provocarían con sus recetas de austeridad.

Aunque intenten achacar la responsabilidad a España por incumplir sus objetivos fiscales, la culpa es de un error de diagnóstico del problema y unas recetas equivocadas, opina el economista. Por este motivo aconseja al Gobierno que trate de buscar una fuerte alianza con Francia, Italia o Portugal frente a Alemania con el objetivo de cambiar el marco europeo. Y si esto no funciona, apunta hacia una fractura del euro como mal menor frente a una depresión de la que no se ve la salida.

"Se puede ser miembro de la UE sin compartir una misma moneda. Los arreglos de divisas a menudo han sido relativamente a corto plazo", remarca Stiglitz con el ejemplo de los treinta años que duró el patrón oro establecido en Bretton Woods, a pesar de que la ruptura fue "dramática" hasta que el mundo se acostumbró a otro sistema.

El mejor escenario, para Stiglitz, sería que Alemania diese su brazo a torcer y aceptase mutualizar la deuda europea, ordenar un marco bancario común "rápidamente" y promover una armonización fiscal. La cuestión es superar ideas "falaces" -según su definición- como que la economía de un país es como la de una familia. "Si una familia recorta en su gasto no tiene ningún efecto en la sociedad. Si un Gobierno recorta, la demanda total caerá y el paro subirá. Y la capacidad de devolver lo que debe baja, sus ingresos impositivos caen y su gasto en desempleo y programas sociales sube", concluye Stiglitz.