Incertidumbre. Este es el estado de ánimo que pesa sobre los trabajadores de la fábrica coruñesa de Alcoa en los últimos años y que mejor describe el devenir de la multinacional del aluminio. El encarecimiento del precio de la energía (principal coste de producción de la planta) y los recortes derivados de la crisis han mantenido en vilo a la aluminera en los últimos años. En numerosas ocasiones ha salido a relucir la temida "deslocalización", pero nunca con tanta fuerza como ahora, según fuentes consultadas. "Cerraremos las plantas de España si no hay acuerdo satisfactorio en la tarifa eléctrica", aseveró en una entrevista en 2012 el presidente de Alcoa en España, José Ramón Camino de Miguel. El "parche" que puso entonces el Gobierno a la cuestión eléctrica se ha vuelto a despegar tras la subasta de la pasada semana y la amenaza de cierre resuena más fuerte que nunca.

Los trabajadores de A Coruña realizaron numerosas protestas en 2012 y 2013 para exigir una tarifa eléctrica que permitiese a la fábrica coruñesa ser competitiva. El resultado de la puja los lleva de nuevo al punto de partida.