Tras la imponente escalera que impresiona a las visitas de Cándido Hermida se encuentran las oficinas del grupo, separadas por mamparas de cristal que permiten además aprovechar la luz natural. "Nos gusta que la gente esté cómoda", explica el jefe, que se siente "uno más". "Mi mayor orgullo es que tengo trabajadores que tienen aquí a tres hijos empleados, otros están con sus hermanos. Somos una gran familia, un grupo de personas que trabaja por pasión", asegura. La sucesión al frente del grupo está asegurada porque dos de las hijas de Hermida y sus maridos trabajan con él. "Pero también porque hay un equipo de directivos jóvenes, que saben muy bien lo que hacen", dice su jefe.

Una de las naves que el grupo tiene en Narón es un centro de formación por el que la plantilla pasa constantemente. "Aquí siempre hay profesores de inglés y francés", comenta. Poco después, en la sección de nuevos materiales, un empleado atiende las explicaciones en inglés de un técnico que le enseña cómo manejar una máquina recién adquirida.