Las entidades de banca privada que operan en España cerraron 2014 con un volumen de patrimonio bajo su gestión de 398.000 millones de euros, un 11% más que un año antes, según el estudio Competitors, publicado por DBK. Esta buena evolución responde a la recuperación de los mercados financieros, a la mejora de la coyuntura económica y a las crecientes necesidades de gestión patrimonial de los inversores en un contexto de bajos tipos de interés.