La posibilidad de que se celebre una subasta eléctrica complementaria aviva la esperanza en las plantas españolas de Alcoa, entre ellas la coruñesa de A Grela. Las bases de la convocatoria de la subasta de interrumpibilidad que se desarrolla desde el pasado lunes en Madrid establecen que si no se agota el presupuesto total fijado por el Gobierno para los pagos que bonifican a las plantas industriales que están dispuestas a desconectarse del sistema en caso de necesidad, se realizarán convocatorias adicionales de subastas hasta que se agote el presupuesto asignado (unos 550 millones para la interrumpibilidad del próximo año, según las estimaciones del sector). "Entendemos que si esto ocurre habrá menos pujadores y que el precio de salida bajará menos, lo que podría beneficiar a Alcoa", opinaron fuentes sindicales.

Las fuentes consultadas aseguraron que la multinacional aluminera sigue en la puja por los lotes de 5 megavatios, tras obtener tres grandes paquetes de 90 en la sesión del pasado lunes mediante adjudicación directa. El diario especializado El Economista estima que Alcoa, principal consumidor de electricidad en España, recibirá en 2016 unos 140 millones de euros en concepto de interrumpibilidad, cifra similar a la de 2014 pero alejada de los 190 millones que logró en el año 2013, antes de que los bonus eléctricos se distribuyesen mediante el actual modelo de subasta.

La lupa vuelve a estar este año en la aluminera, que tras la subasta eléctrica del año pasado amenazó con echar el candado en las plantas de A Coruña y Avilés, que son gemelas y cuenta con unos 400 trabajadores cada una. A ellos hay que sumar alrededor de un centenar de trabajadores subcontratados en cada una de las factorías.

El presidente de Alcoa España, Rubén Bartolomé, advirtió hace poco más de una semana a los representantes de los trabajadores de que ni con una subasta buena se conseguirán levantar las fuertes pérdidas de las fábricas españolas de la multinacional norteamericana, cuantificadas en algo más de 40 millones de euros. Y si ya el pasado año el resultado de la subasta resultó fundamental para la continuidad de Alcoa en A Coruña y Avilés, en esta ocasión parece determinante. Alcoa lleva años alertando del elevado coste energético en el país, y a este escenario se suma ahora la caída del precio del metal tras haber inundado China los mercados con su aluminio. La falta de consumo interno provoca que los productores chinos destinen sus elaboraciones a la exportación, lo que satura el mercado y deriva en fuertes caídas en la cotización de las materias primas.