El empresario coruñés y fundador del grupo textil Inditex, Amancio Ortega, sigue con su estrategia de realizar grandes inversiones inmobiliarias en las principales arterias de las ciudades más importantes del mundo. Su última adquisición se conoció ayer, el mítico edificio Haughwout en Nueva York, por el que pagó 145 millones de dólares (unos 133 millones de euros), según revela la publicación The Real Deal.

El inmueble, situado en el número 490 de la calle Broadway, en el Soho neoyorkino, data del siglo XIX, cuenta con cinco plantas y fue el primero en disponer de ascensor en Manhattan. Inspirado en los edificios de Venecia, perteneció al emporio The Haughwout, el más famoso del mundo en la fabricación de cristales, porcelanas y espejos.

La compra realizada por Ortega, a través de su firma de inversión Pontegadea, refuerza su presencia en Estados Unidos, donde en los últimos años cerró numerosas operaciones. La anterior se produjo el pasado mes de septiembre, cuando selló una transacción por la que se convirtió en propietario de una manzana de locales comerciales en Miami Beach. La inversión en esta ocasión ascendió a 370 millones de dólares (341 millones de euros).

Fuera de Estados Unidos, el fundador de la multinacional textil coruñesa compró recientemente un edificio en Londres, una de sus ciudades favoritas a la hora de adquirir activos inmobiliarios. De hecho, el segundo hombre más rico del mundo invirtió más de 3.000 millones de euros en la compra de numerosas propiedades en la capital británica. El empresario coruñés adquiere edificios de todo tipo, desde espacios comerciales hasta oficinas.

También en Londres Ortega negociaba a principios de mes la compra de otro edificio de oficinas en el barrio de St. James, denominado Almack House, por el que ofreció 225 millones de libras (unos 320 millones de euros).

La mayor fortuna de España aprovechó en los últimos años las oportunidades inmobiliarias surgidas con la crisis del ladrillo, pero su estrategia apenas se desvió de las líneas marcadas ya durante los años de bonanza: invertir en edificios situados en las principales arterias de las grandes ciudades españolas y extranjeras -caso de la Gran Vía en Madrid o el paseo de Gracia, en Barcelona- y normalmente inmuebles emblemáticos.

Estas adquisiciones, que le permiten invertir buena parte del dinero que percibe por dividendos como máximo accionista de Inditex, suelen tener como destino el alquiler, bien a firmas del propio grupo textil, como Zara, bien a otras empresas que ya ocupaban las instalaciones en el momento de la transacción. Es lo que ocurrió en casos como la compra del inmueble madrileño de Gran Vía en el que se encuentra la mayor tienda en España de su competidora Primark o los de las tiendas de Apple en Barcelona y Valencia.