La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) ha decidido hacer uso de un derecho reservado al acreedor privilegiado de un proceso de liquidación societaria y presentar una oferta económica para adquirir la propiedad del edificio In Tempo, el más alto rascacielos residencial de Europa que la Caixa Galicia que dirigía José Luis Méndez financió en 2005 con 93 millones aunque en la presentación del proyecto, sus promotores tenían un presupuesto de ejecución de 45. La titularidad del coloso está sin embargo en el aire, pendiente de una decisión judicial.

El paso dado por el también conocido banco malo ha despertado cierto malestar entre el resto de empresas que participaron en la construcción de esta colosal torre, levantada en Benidorm y a las que la promotora del inmueble, Olga Urbana, también les adeuda millonarias cantidades. Olga Urbana está en proceso de liquidación tras suspender pagos y la Sareb adquirió la condición de acreedor privilegiado al asumir el crédito que Caixa Galicia extendió a la empresa Olga Urbana para levantar esta imponente torre y que tras la fusión heredaron sucesivamente Novacaixagalicia y Novagalicia. Fue uno de las grandes deudas traspasadas en 2012 a la sociedad estatal dentro del proceso de reestructuración y por su tamaño y dimensión, un símbolo del desmadre inmobiliario de la caja gallega en los tiempos de la locura del ladrillo.

Entre los perjudicados por la quiebra de la mercantil se encontraban sin embargo numerosas firmas e, incluso, compradores de algunos de los inmuebles. De ahí que parte de los afectados hayan abierto un proceso (incidente concursal) judicial paralelo a la liquidación de la promotora en el que cuestionan que el banco malo deba mantener su condición de acreedor privilegiado. Entienden que primero Caixa Galicia y después la Sareb actuaron como administradores de la sociedad y, por tanto, tendrían responsabilidad en la quiebra final que provocó el desastre del In Tempo, ya que durante la obra "realizaron labores de gestión", según un informe de la administradora concursal.

Esta calificación permite a la Sareb hacer uso del derecho de mejora y presentar una oferta para hacerse con el In Tempo una vez concluido el plazo de presentación de propuestas. Un proceso que ya ha culminado con una sola oferta dentro de plazo y que ronda los 47 millones de euros, la mitad del valor de tasación, que es de 90.

El banco malo ha presentado una oferta que, según informaron fuentes de la sociedad, ronda los 60 millones aunque personas cercanas al proceso rebajaron la cifra hasta los 58 millones. En cualquier caso, la deuda que pesa sobre In Tempo ronda los 100 millones.

Fuentes de los acreedores advierten sin embargo que hasta que el juez resuelva el incidente sobre la calificación como acreedor de la Sareb (previsto para octubre), éste no puede disfrutar de los derechos que tendría reconocidos. Si la sentencia acepta los argumentos de los otros acreedores, el banco malo pasaría a ser considerado acreedor subordinado, lo que supondría que cobraría de último y que no tiene derecho preferente para mejorar la última oferta. Y es que la diferencia entre una solución y la otra es que con la venta a otra firma, los otros acreedores recuperarían una parte de lo que se les adeuda. Si la Sareb se lo queda, no verán un euro.