La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) ejecutó ayer el despido de otros dos trabajadores, que se suman al del ya exsecretario general, Fausto Santamarina, aprobado la semana pasada. Aunque el plan de viabilidad de la patronal preveía la rescisión de cinco contratos en julio y otro en septiembre, pero no se llegaron a efectuar. Las dos personas que ayer dejaron de trabajar para la CEG no estaban en ese listado inicial, sino que se trata de personal "con los salarios más altos". Esta primera medida laboral abordada por la junta de vicepresidentes, que ha tomado las riendas de la confederación tras la dimisión de Antonio Dieter Moure, rebajará en 210.000 euros el coste salarial al año, según las mismas fuentes. "Con los cinco despidos previstos por Dieter no se llegaba a los 100.000 euros". Además, toda la plantilla ha visto rebajada su jornada y nómina un 50%.

La disconformidad con estas medidas ha sido la que ha precipitado el despido de los dos últimos trabajadores, de acuerdo a empresarios próximos a la institución. Fue en una junta directiva del mes pasado cuando el despacho de abogados contratado para llevar a cabo los despidos en la CEG, Lucus Lex, advirtió a la patronal de la "imposibilidad" de efectuarlos ya que tres de las trabajadoras habían pactado una reducción de jornada o tenían protección por maternidad. Fue entonces cuando se propuso la rebaja abrupta de salarios (el plan inicial fijaba un recorte de entre el 5 y el 30%). Y, en este punto, fue cuando en la CEG "apareció un documento" que, como han señalado a este periódico las mismas fuentes, "precipitó la salida" de Dieter Moure. Se trata de un acuerdo que lleva la firma del expresidente en el que se blindan las condiciones salariales de Santamarina, de manera que no pudiera verse afectado por la rebaja del 50% de salario, y que en caso de despido o baja voluntaria la indemnización se calcularía en base a su salario anterior, sin recortes.