Los coches eléctricos no son cosa del futuro, ya forman parte del presente. La popularidad de esta tecnología, amable con el medio ambiente, es creciente, y las previsiones de los expertos hacen presagiar que dentro de tres o cuatro décadas los motores eléctricos serán mayoría en las carreteras europeas y coparán el sector de la automoción. Adriano Mones Bayo, miembro de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico está convencido de que así será.

- ¿Podemos decir sin miedo a equivocarnos que la transición hacia el vehículo eléctrico será una realidad sí o sí?

-Por supuesto. Incluso podríamos decir que esto va más allá. La movilidad eléctrica está viviendo un cambio de paradigma y éste va mucho más allá del coche. Se trata de un cambio en todo lo que rodea a la movilidad. Dentro de diez años, como mucho, vamos a movernos de una forma completamente distinta a la que lo hacemos ahora.

-¿Ya no iremos en coche?

-Aunque lo sigamos haciendo en un vehículo, este será cada vez más autónomo en cuanto a su conducción. Además, su uso tendrá una serie de condicionantes que aún están por descubrirse. Es como cuando hace diez años apareció el primer iPhone. Pensábamos que era una cosa para hablar por teléfono, pero hoy en día vemos que, menos para hablar, lo utilizamos para muchas otras cosas. Y eso va a pasar con el coche. Un vehículo que conduzca de manera autónoma ofrecerá unos 400 gigabytes de datos al día y eso quiere decir que todas las empresas relacionadas con el big data (gestión masiva de datos), la seguridad o el entretenimiento podrán ofrecer una gran cantidad de servicios que, como digo, hoy están por descubrir.

-¿Están las ciudades españolas preparadas para afrontar estos cambios?

-Por desgracia, no. Se están haciendo acciones a nivel europeo, nacional, regional y local para lograrlo, pero hoy en día estamos lejos. Si bien hay que decir que no tardaríamos mucho en conseguirlo. En este sentido la pelota estaría, en buena medida, en el tejado de las distribuidoras eléctricas.

-¿Y la industria?

-Va encaminada a conseguirlo. No parece que vaya a haber marcha atrás en este sentido. Son muchas las grandes empresas que han apostado decididamente por la electricidad.

-Podemos decir, entonces, que el vehículo de combustión tiene las horas contadas.

-En siete años los precios de los coches eléctricos se igualarán con los de los térmicos actuales y mejorará considerablemente su autonomía. No habrá excusas para decantarse por un automóvil tradicional. Calculo que en 2050 habrán desaparecido.