Del futuro de las térmicas coruñesas de As Pontes y Meirama (Cerceda) -las únicas en territorio gallego- dependen directamente cerca de 1.000 trabajadores, que están muy pendientes de lo que se decida en el marco de la transición energética hacia la descarbonización de la economía.

La central pontesa es la de mayor tamaño -tanto de Galicia como de España- y es propiedad de Endesa. Según fuentes de la compañía presidida por Borja Prado, esta planta de generación de electricidad con carbón cuenta con una plantilla de unas 200 personas, pero el empleo directo dependiente de ella ronda los 700 profesionales entre el dispositivo de camiones (unos 150) para transportar el carbón y las distintas contratas vinculadas a la actividad de la central. La térmica genera además 80 millones al año "en salarios, impuestos y contratos con pequeñas empresas locales". El cambio de política del Gobierno central coincide además con un momento en el que la planta de As Pontes está inmersa en las obras de adaptación para cumplir la normativa europea de emisiones y seguir operativa más allá de 2020, a lo que destina una inversión de 217 millones.

Y los responsables de Endesa recuerdan que la térmica pontesa actúa "de respaldo" de las renovables, produciendo energía cuando los eólicos o la hidráulica, como ocurrió a finales del año pasado, no generan electricidad por la falta de viento y lluvia, por lo que es fundamental para el sistema eléctrico español.

La central de Meirama

Mientras, la central de Meirama, propiedad de Gas Natural Fenosa, cuenta con alrededor de un centenar de profesionales en plantilla, a los que se suman otros tantos de empresas auxiliares que dependen directamente de la planta. A ellos habría que sumar aún los empleos indirectos.

En el caso de la térmica de Cerceda, su dueña aún no ha anunciado si realizará las obras necesarias para que pueda seguir operativa más allá de 2020. La adaptación tendría un coste de unos 120 millones de euros y los trabajos durarían unos dos años (aunque los plazos podrían acortarse). La incógnita sobre su futuro se desvelará a finales de mes, cuando Gas Natural Fenosa presente su plan estratégico para los próximos años.