La entrada en vigor del nuevo sistema de registro de emisiones y consumo de vehículos (el WLTP) costará 1.000 millones de euros a Volkswagen. Así lo detalló ayer su director financiero, Frank Witter, que lo definió como el "mayor riesgo" para los beneficios del grupo. La compañía advirtió en junio que la implementación de esta normativa podría provocar el retraso en la producción de 250.000 vehículos ante la previsible acumulación de coches sin salida al mercado una vez que esta normativa aflore unas mayores emisiones de CO2 que obliguen al desembolso del impuesto de matriculación.