Cerámicas O Castro, el centro de producción del grupo Sargadelos en Sada, acaba de impulsar una ampliación de capital que refuerza la posición de Segismundo García, presidente y consejero delegado de la histórica firma, como socio mayoritario. La operación se vincula a las inversiones realizadas este año para modernizar la fábrica sadense y contrasta con el contexto de conflicto laboral que vive la firma en su otra planta, la de Cervo (Lugo), donde García acusa a los sindicatos de empujarla al cierre y anunció el pasado viernes el despido de la mitad de sus trabajadores. La decisión ya fue denunciada por UGT ante los juzgados lucenses.

El capital de O Castro supera los 1,3 millones de euros después de ampliarse en 101.063,76 euros, según recoge el Boletín Oficial del Registro Mercantil del pasado día 14. Camilo Díaz Arias, hijo primogénito y por tanto uno de los herederos del alma mater de Sargadelos, Isaac Díaz Pardo, explica que la operación refuerza la posición mayoritaria de García como accionista, al suscribir la ampliación por completo: "Los demás socios no acuden porque no hay dinero", expone.

La variación en el capital de la empresa responde a las recientes inversiones acometidas en O Castro para modernizar la fábrica, en la que trabajan unas 70 personas. Para mejorar su producción, este verano adquirió un horno por 300.000 euros y en febrero, una máquina de esmaltado -que permite mecanizar este proceso hasta ahora manual- por 120.000. García explicó que el objetivo es "mejorar los sistemas de producción sin perder la autenticidad del trabajo artesanal y artístico".

Repercusión política

La tensión en torno a Sargadelos crece desde que el viernes Segismundo García anunciara el despido de 49 trabajadores de la fábrica de A Mariña. Ayer, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, demandó una "actuación urgente" por parte de la Xunta para que "no desaparezca" la planta de Cervo tras la amenaza de cierre.

Pontón mostró "mucha preocupación" por la situación de una empresa "emblemática" y defendió que la Xunta "debería movilizarse" ante el riesgo de que "un emblema de Galicia pueda desaparecer" y se "destruya empleo". El Gobierno gallego ya manifestó su posición ante el confito, animando a las partes a llegar a un acuerdo pero dejando claro que no tiene previsto intervenir por tratarse de una empresa privada.

Sargadelos salió en 2016 del concurso de acreedores en el que entró de forma voluntaria en 2014. Los 49 despidos anunciados ahora para la fábrica de Lugo no afectan a la plantilla de Sada.