En 2015 la base mínima de cotización para los trabajadores autónomos -la que usan ocho de cada diez autoempleados gallegos- era de 884,4 euros, y la cuota mensual a pagar a la Seguridad Social ascendía a 264 euros. Desde entonces Galicia perdió 6.100 trabajadores por cuenta propia, a razón de 40 a la semana. Este retroceso no ha impedido que la recaudación no solo se haya mantenido, sino que haya crecido ligeramente. El motivo es doble, y obedece tanto a la tendencia de los profesionales por elevar su base de cotización -para mejorar sus pensiones de jubilación-, como, sobre todo, al incremento de las cuotas a pagar al mes. En este trienio el desembolso mínimo de los autónomos ha aumentado en 168 euros al año (a razón de 14 euros más al mes).

La traducción a efectos de recaudación es la siguiente. En 2015 -y sin contar con la aportación de las mutuas (para disponer de cifras 100% comparables)-, la Seguridad Social ingresó 57,58 millones mensuales en concepto de cuotas de autónomos. A cierre de 2017 los ingresos superaron los 59 millones al mes, pese a contar (en ese momento, en diciembre) con 4.200 cotizantes menos, lo que evidencia que los autónomos que no han desaparecido o se han dado de alta han compensado la caída en las afiliaciones.

El Gobierno ha planteado ahora una reforma puente en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) con el objetivo de que, en 2020, todos estos trabajadores coticen al fin por sus ingresos reales. Mientras tanto ha ofrecido a las organizaciones sectoriales UPTA y ATA tres escenarios, y los tres pasan por un aumento de las cuotas. Si prospera el supuesto más ambicioso, por el que la base mínima de cotización pasaría de 932 a 1.050 euros, los autónomos tendrían que pagar al mes 327,6 euros, cualquiera que haya sido su volumen de facturación. Este alza obligaría a estos trabajadores a abonar 763 euros más al año que en 2015. En el escenario menos agresivo, que elevaría la base mínima un 1,25%, esta diferencia sería de 635 euros a mayores.

De momento las asociaciones han rechazado el planteamiento del Ministerio de Trabajo y están dispuestas a asumir un alza mensual de cuotas de "entre 12 y 20 euros" a cambio de contar con un mayor nivel de protección. Por ejemplo, la bonificación de la cuota durante una baja por enfermedad. Ahora mismo si un autónomo recibe la prestación por incapacidad temporal ingresa 550 euros, pero igualmente debe pagar los 278 euros de cuota a Hacienda.

La pérdida de cotizantes por cuenta propia no ha sido generalizada por sectores. En oficios tradicionalmente vinculados al empleo público han crecido con fuerza. Los autónomos sanitarios aumentaron más de un 10,5% en el mismo periodo (2015-2018), ligeramente por encima del alza de los de educación (10,2%). También hubo un repunte en programación y consultoría (15%, aunque no llegan a los 1.400 afiliados de alta), actividades inmobiliarias (11%) o la arquitectura (6,5%). Especialmente significativo es el descenso en actividades de alimentación (-26%) y el comercio al por menor ahonda en la pérdida de masa crítica con un 7% menos de cotizantes autónomos (2.409 personas) que hace tres años.