Cinco años de lucha tras una crisis industrial tan agónica como atormentada han tenido su recompensa en la isla italiana de Cerdeña, donde una fábrica de aluminio similar en tamaño y empleo a la de A Coruña y que Alcoa decidió cerrar en 2012 volverá a tener actividad en breve. El milagro sardo llaman en Italia a algo que parecía imposible: tras dos años de trabajos de desmantelamiento de la antigua aluminera, la presión social y la determinación de los Gobiernos regional y central lograron frenar el achatarrado y sentaron las bases de un proceso para buscar un socio capaz de devolver la actividad a la planta. Ese salvador apareció la pasada Navidad, la compañía suiza Siders Alloy; tres meses después se firmó el acuerdo marco para arrancar la fábrica y en la actualidad están en proceso los trabajos precisos para colar el primer lingote de aluminio en el mercado en la primavera de 2019 y alcanzar el pleno rendimiento solo un año más tarde.

Siders Alloy, una compañía con delegaciones en todo el mundo especializada en el comercio de metales, es la pieza clave de un proyecto por valor de 135 millones de euros que tiene por objetivo reactivar la planta aluminera de Portovesme (Cerdeña) tras haberla cerrado Alcoa aduciendo las mismas razones que ahora le valen para clausurar las de A Coruña y Avilés: la obsolescencia tecnológica, la coyuntura del mercado de los metales y la carestía de la electricidad.

Según trascendió, el reparto de los 135 millones de euros que, aproximadamente, va a costar volver a dar vida a la fábrica es el siguiente: 84 millones proceden de un préstamo subsidiado a devolver en ocho años, 20 los pone Alcoa, 10 serán los que invierta Siders Alloy para construir una planta de alambrón (un producto con más valor añadido que los simples lingotes o tochos que se fabrican, por ejemplo, en A Coruña), ocho los aporta la región de Cerdeña y el resto saldrá del bolsillo de la compañía suiza.

La futura estructura corporativa introduce novedades relevantes. Así, la agencia nacional italiana para el desarrollo (Invitalia) tendrá un peso del 20% en el accionariado y los trabajadores una participación del 5% en el capital con silla en el consejo de administración a afectos de supervisión de los compromisos productivos y los calendarios; Siders Alloy, obviamente, se reserva la mayoría accionarial en la firma.

Efectos en el empleo

De los 500 trabajadores que quedaron en la calle cuando Alcoa decidió cerrar su fábrica de Cerdeña, la estimación más optimista en el presente es que podrán recuperar su empleo unos 450 (incluidos contratistas permanentes) cuando la planta esté a pleno rendimiento. Ya en los primeros meses de este año nueve extécnicos de Alcoa comenzaron a trabajar para evaluar el estado de los diferentes departamentos de la fábrica y durante el verano se vieron los primeros obreros con casco y funda en el interior de la misma. Para la primavera de 2019 el objetivo es que haya trabajando 260 personas. La antigua plantilla de Alcoa tiene preferencia de ingreso en la nueva empresa.