Nació en Ciudad Real hace 64 años, pertenece al gabinete jurídico del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) y está considerado el mejor abogado laboralista de España. Este reconocimiento le llegó en 2016, cuando se convirtió en el primer abogado sindical en alzarse con el premio concedido por la Asociación Nacional de Laboralistas (Ansala). A Enrique Lillo también se le conoce como El David contra Goliat debido al papel que jugó en el conflicto laboral iniciado contra Coca-Cola y su defensa de la negociación contra el despido colectivo y las consecuencias de la reforma laboral en los trabajadores del país. Lillo también obtuvo un reconocimiento destacado después de mediar en el juicio entre Air Europa y sus auxiliares de vuelo, en el que la compañía pretendía convertir a 1.500 profesionales eventuales en indefinidos pero reduciéndoles los días trabajados por año. Este jueves vuelve a sentarse una mesa de negociación, la de Alcoa, como asesor legal de los trabajadores, en un día en el que se decide si se prorroga el periodo de consultas del ERE que afecta a 369 trabajadores de A Coruña y 317 de Avilés (Asturias).

- Este jueves es un día clave en la negociación entre la empresa y los trabajadores. Usted tiene una dilatada experiencia al llevar casos de grueso calado relacionados con Coca-Cola, El Corte Inglés o Air Europa. ¿Cómo ve la negociación en este momento?

-Estancada, veo a la dirección de Alcoa muy obcecada.

- Dibújenos la escena, ¿quiénes estarán sentados e la Mesa, además de usted?

-Por parte de los trabajadores estaremos unas 18 personas, discúlpeme si no puede precisarle ahora el número exacto. Ahí entran los integrantes de los dos comités de empresa, el de A Coruña y Avilés, además del equipo de economistas y asesores legales de los sindicatos, entre los que me encuentro. La empresa cuenta con otros tantos representantes, entre directivos, expertos y los abogados del despacho de Garrigues, con los que siempre tenemos problemas con las actas.

- ¿ Y quién lleva la voz cantante durante la negociación?

- En nuestro caso, los presidentes de los comités de empresa, claro está. Hay un personaje por parte de la empresa, al que llamamos El canadiense, bueno, dicen que es canadiense, que no ha abierto la boca todavía. Estará tomando nota.

- Usted también interviene porque Juan Carlos López Corbacho, el presidente del comité de empresa coruñés, tiene mucha confianza en usted.

-Es de agradecer, aunque insisto en que veo a la empresa muy, muy enquistada. Tendría que dar un giro radical.

- ¿Se prolongará el periodo de consultas del ERE?

-El ERE que están planteando es una chapuza legal, ya se lo hemos dicho desde el primer momento. Si siguen por ahí se ganarán un pleito a cara de perro, eso sin duda. Ellos dicen que son un grupo laboral, una empresa unitaria, pero en realidad son un grupo mercantil con dos empresas distintas. Pueden plantear un ERE de forma independiente, pero no conjunta. Ya en el caso Coca Cola demostramos que no se puede obtener una ventaja jurídica de una ilegalidad.

- ¿Y si deciden plantear el ERE de forma independiente para A Coruña y Avilés?

-Nosotros argumentamos que no hay motivo para el cierre ni para el despido colectivo. No tiene sentido cerrar las plantas porque la situación actual de pérdida de competitividad por la competencia china es coyuntural, no estructural. Alcoa puede remontar perfectamente en 2019. Además, la materia prima la suministra otra empresa del grupo, que regula el precio, por lo que no entra la causa productiva.

- ¿Cuál es la solución?

-La continuidad siempre, no hay elementos objetivos para cerrar las factorías. Y si Alcoa no quiere seguir, siempre tiene la posibilidad de poner un precio razonable a la venta, ya que nos consta que el Gobierno está buscando inversores.

- ¿Es consciente de lo que se juegan A Coruña y Avilés?

- Esto va más allá de una caso laboral. No solo defendemos los derechos de cientos de trabajadores: defendemos una industria.