Varias docenas de trabajadores de Alcoa se concentraron ayer delante de la sede del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en Madrid, escenario de la que estaba llamada a ser la última reunión de la empresa con los representantes sindicales. Un autobús y dos vehículos particulares partieron a las seis y media de la mañana y poco después del mediodía llegaron a su destino donde les aguardaba un contingente policial de tres furgonetas con agentes de la Policía Nacional preparado para prevenir incidentes que, durante las primeras horas, no pasaron de la explosión aislada del algún petardo y el encendido controlado de un par de bengalas.

Mientras el contingente asturiano seguía desde las inmediaciones las informaciones que desde dentro de la sala de negociación se filtraban en los recesos, los trabajadores de la factoría de A Coruña se dirigieron primero al cercano Ministerio de Industria y más tarde al Congreso de los Diputados donde se reunieron con algunos congresistas de En Marea para, ya por la tarde, unirse a la concentración con sus compañeros de Avilés.

Durante las largas horas de espera, los congregados lanzaron consignas como "Alcoa no se cierra", "Aluminio español, no americano", "Intervención", "Que se vayan", "Échale huevos, Pedrito, échale huevos" -en referencia al presidente del Gobierno-, "Fuera yanquis, pandilla de mangantes" o "Maroto, dimisión" -dirigido a la ministra de Industria-.

Durante la concentración en la capital del país, varios transeúntes y vehículos que transitaban por la adyacente calle Costa Rica, mostraron su apoyo a los trabajadores coruñeses y asturianos con palabras de ánimo y toques de claxon.