La compañía Naturgy ha vuelto a justificar el cierre de sus tres centrales térmicas, incluida la planta coruñesa de Meirama. Y lo hizo en boca de su presidente, Francisco Reynés, que ayer insistió en que el encarecimiento de los precios de los derechos de dióxido de carbono -los que compran las empresas que exceden los límites de emisiones que tienen fijados- y del propio carbón han hecho que no sean rentables. Durante la presentación de los resultados anuales de la compañía -con unas pérdidas contables de 2.822 millones de euros en 2018 tras, precisamente, revisar a la baja el valor de activos como las térmicas-, Reynés alejó el debate sobre las térmicas con de las nucleares tras la reciente cumbre celebrada entre el mismo Reynés, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y el consejero delegado de Endesa, José Botas, con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. En este sentido el presidente de Naturgy dijo que, por fin "alguien", en alusión a la ministra Ribera, "ha cogido el toro por los cuernos" y va a plantear un calendario para el cierre de las centrales nucleares.

El ajuste del valor de los activos de Naturgy ascendió a 4.851 millones de euros. La compañía ya avanzó en junio que iba a llevar a cabo la medida. Excluyendo este impacto y otros elementos no recurrentes, el beneficio neto ordinario creció un 57%, hasta los 1.245 millones. Reynés asegura que el grupo ha establecido "las bases para afrontar la transformación del grupo y reposicionar el negocio".