La Unión Europea aplicará desde hoy mismo los aranceles definitivos del 25% a la importación de 26 categorías de productos de acero procedentes de terceros países cuando superen un tope determinado. El objetivo de esta medida es defender a los productores europeos después de que Estados Unidos decidiese aplicar restricciones al comercio de este producto. Con los aranceles, que estarán en vigor hasta julio de 2021, la UE pretende proteger su industria de las importaciones procedentes de terceros países y asegurar que los compradores europeos de acero pueden seguir con su actividad industrial.

Los aranceles definitivos se aplicarán a las importaciones de acero procedentes de cualquier país del mundo salvo Noruega, Islandia y Liechtenstein -por su alto grado de integración económica con la UE-, países en vías de desarrollo cuyas importaciones al bloque comunitario no supere el 3% y Sudáfrica, por tener un acuerdo de reciprocidad.

"El acero y el aluminio son sectores con sus diferencias y similitudes, no son 100% comparables, pero sí estamos en condiciones de exigir que nuestra industria tenga una defensa al mismo nivel en Europa", asegura Juan Carlos López Corbacho, presidente del comité de empresa de la aluminera coruñesa, propiedad de la multinacional norteamericana Alcoa. Precisamente la defensa de la industria del aluminio es el objetivo de la concentración prevista hoy ante las autoridades portuarias de Vigo (10.30) y Vilagarcía (12.30), las dos grandes entradas de este metal en Galicia.

Mientras crece la importación de una mercancía que llega a apilarse en el muelle vigués procedente de Rusia y otros países, Alcoa quiere deshacerse de sus factorías de A Coruña y Avilés. "Quizá el aluminio carezca de un lobby fuerte en Europa como el acero, pero no tiene sentido que en casa tengamos que afrontar todo tipo de rigores y no controlemos el aluminio que viene de fuera", afirma. Galicia ha duplicado la importación de alumnio en la última década, pasando de 111.570 toneladas en 2010 a más de 200.000 en 2018.