David (18 años trabajando en el departamento de obra civil), Fani (10 años en la fundición) y Cito (17 años en electrólisis) son el 8.975, el 12.670 y el 9.466 para Alcoa. Estos tres trabajadores de la fábrica de aluminio de A Coruña y medio centenar de compañeros dieron ayer la cara en una acción titulada Los rostros de Alcoa, para lanzar un mensaje: "No somos números, somos personas". La movilización de la plantilla aluminera para mantener el empleo dura ya más de cuatro meses y el grito de Alcoa non se pecha volvió a sonar ayer, en una plaza con memoria tan obrera como su lucha, la de la desaparecida Fábrica de Tabacos. "El de hoy es un acto más humano para expresar que detrás de cada ERE hay muchas vidas rotas", resumía Juan Carlos López Corbacho, presidente del comité de empresa y cara visible del colectivo.

Los números de cada empleado se fueron sucediendo ante el micrófono como una letanía, mientras sus rostros eran grabados por el realizador Juan Lesta para crear una pieza audiovisual que utilizarán para continuar su defensa de la fábrica. Todos sus números están contenidos en el expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta a los 375 trabajadores directos de la planta de A Coruña y los 313 de Avilés (Asturias). Son 688 familias pendientes de un horizonte incierto e involucradas en la lucha por frenar la destrucción de empleo industrial que amenaza su futuro y el de sus hijos.

Isolina, a quien todos conocen por Seli en la fábrica, ya no tiene número porque se jubiló después de 46 años de trabajo en el almacén. Su hijo Jesús lleva 15 años trabajando en mantenimiento y es la tercera generación de la familia empleada en Alcoa. Gran parte de los trabajadores de la aluminera suman una antigüedad cada vez más inusual en un mercado laboral que tiende a la temporalidad, como Nieves, que lleva 41 años en el departamento de compras; o Emilio, que dedicó 37 años a la fábrica de A Grela antes de tener que retirarse por una incapacidad laboral.

A alguno, en cambio, el anuncio de cierre de Alcoa le cogió empezando. Es el caso de David, que no ha llegado a cumplir el año en el departamento de electrólisis. No podrá cumplirlo, por ahora, porque las cubas electrolíticas en las que se ha producido aluminio primario en A Grela durante 60 años se han parado, una "parada ordenada" pactada en el ERE con la que la instalación queda en estado de hibernación a la espera de que la factoría se pueda vender a un inversor que decida recuperar la producción del metal. Para que las series electrolíticas puedan ser reactivadas habrá de fraguarse la venta antes del 1 de julio. Después de esa fecha, la multinacional estadounidense comenzará a ejecutar los despidos si no hubiera antes un acuerdo para traspasar la instalación.

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El plano corto del conflicto de Alcoa

Los trabajadores no ocultan el dolor de haber tenido que paralizar lo que consideran el corazón de la fábrica. "Es doloroso y no deja de ser un trauma", exponía Corbacho a los medios antes de comenzar el evento. El comité empresa está volcado en buscar una salida que permita mantener los puestos de trabajo y continuar con la actividad industrial en A Grela no solo para las casi 400 familias que ahora dependen de ella sino "para todos los que vengan detrás", reivindica el representante de la plantilla.

Reunión para buscar inversor

Los trabajadores de Alcoa se reúnen con el conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde, esta mañana para analizar la situación de la factoría coruñesa. Corbacho explicó que se trata de "la continuación de la mesa técnica estatal para buscar un nuevo inversor" para la fábrica de la multinacional del aluminio en la ciudad gallega. Posteriormente, dijo, el "trabajo se trasladará" en marzo a una nueva reunión con el Ministerio de Industria.

La movilización de la plantilla aluminera continuará el jueves con una concentrarán delante de la Delegación del Gobierno para reivindicar la puesta en marcha del estatuto para la industria electrointensiva. "No hay un escenario adecuado para seguir manteniendo la producción de aluminio primario en A Coruña, ni en Avilés ni en Lugo. Estamos luchando por que ese escenario se regule de una vez y a partir de ahí buscar la mejor solución para la planta", indicó el presidente del comité antes de participar en el acto Los rostros de Alcoa. Corbacho alentó también a cambiar la legislación laboral para frenar los ERE: "Alcoa no es distinta a las demás. Detrás de cada ERE hay muchos trabajadores que sufren", lamentó.