La representación laboral de los centros de trabajo de la operadora de telecomunicaciones Euskaltel (que engloba la marca gallega R, la vasca Euskaltel y la asturiana Telecable) expresó ayer "la máxima preocupación" por "la intensificación de la destrucción de empleo" en el grupo y deslizaron una inquietud más profunda: calificó de "prioritario" la continuidad de "los centros de trabajo existentes en la actualidad", con sedes en A Coruña, Derio (Vizcaya) y Gijón (Asturias), además del "mantenimiento de los puestos de trabajo" y de "las condiciones laborales".

Ayer se materializó el tercer despido en Gijón desde la visita el miércoles del nuevo consejero delegado, José Miguel García, designado el día 5 a propuesta del grupo inversor británico Zegona. Hasta ahora las bajas se han centrado en niveles directivos, pero los comités temen que "se extienda hacia otros niveles". En el País Vasco hubo casi una veintena de bajas el martes. La representación laboral se quejó de que tras la visita de García A Coruña y Gijón sigue "sin conocer el alcance de las medidas que se están tomando" y la "posible afección al empleo" de la "nueva estructura organizativa".

Otras fuentes confirmaron la gran inquietud existente en las plantillas de Telecable y R (fusionadas) y Euskaltel. Los despidos se producen después de que Zegona se hiciera fuerte en el consejo de administración „es el mayor accionista del grupo, con el 21%)„ y de que promoviera como consejero delegado a José Miguel García. Frente a la estructura regionalizada que existía, repartida entre Galicia ,País Vasco y Asturias, García impulsa, dijo, una "organización potente, sencilla y eficiente".