Los representantes sindicales de la plantilla aluminera de Alcoa A Coruña aterrizaban ayer por la mañana en Alvedro con el cansancio acumulado de doce horas de reunión „que terminó de madrugada„ y la satisfacción del "objetivo cumplido". "Estamos satisfechos dentro de lo que cabe, porque el capítulo cerrado anoche abre la posibilidad de un nuevo capítulo para darle una oportunidad a las fábricas y al empleo", aseguraba el presidente del comité de empresa, Juan Carlos López Corbacho, a su llegada al aeropuerto. En su voz resonaba también la cautela, porque la venta aún depende de que Parter pague el aval antes de que acabe el mes y porque después de la venta se abrirá una nueva lucha:"Esto no acaba aquí. Esto empieza. Seguimos vivos y vamos a tener que seguir luchando, nos quedan dos años para seguir peleando y para darle seguridad laboral e industrial al centro de trabajo", anticipaba Corbacho en referencia a los 24 meses durante los que el comprador garantiza el empleo. Los trabajadores no se reunirán más con Alcoa hasta el 31 de julio, cuando la multinacional les comunicará si definitivamente vende o no a Parter.