Los ánimos de las plantillas de Alu Ibérica -la antigua Alcoa- en A Coruña y Avilés, están muy alterados tras la "fallida" reunión de ayer en la que los empleados tenían depositadas todas sus esperanzas. A la cita telemática organizada por el Ministerio de Industria se presentaron representantes de los comités de empresa de las dos fábricas, la Xunta y el Principado de Asturias, interlocutores sindicales y "segundas líneas" del propio Ministerio. Pero hubo dos ausencias notables que les impidieron avanzar: detrás de la videollamada no estaban los interlocutores de ninguna de las dos empresas implicadas en la venta de las plantas que hace un año trajeron la incerteza a los empleados de las alumineras: Alcoa y Grupo Parter.

La inasistencia de los "máximos" representantes del Ministerio de Industria en la reunión de la denominada Mesa Técnica Industrial -estuvo el director general de Industria, Galo Gutiérrez- también resultó muy criticada; tanto por los trabajadores, que insisten en la necesidad de intervenir las fábricas para garantizar las inversiones prometidas hace un año; como por el conselleiro de Industria de la Xunta, Francisco Conde, que ve en ello una "falta de respeto".

Esa mesa incompleta sobre el futuro de esta empresa, impidió precisamente eso, abordar con concreción aspectos que permitan garantizar la viabilidad de la aluminera. Así lo advirtieron a la salida los representantes de los trabajadores. Desde A Coruña, el presidente del comité, Juan Carlos Corbacho, calificó de "fiasco" el encuentro del que salen, tal y como comentó a este periódico, con una "decepción tremenda" con el Ministerio. "Como mínimo esperábamos al secretario general de Industria [Raúl Blanco]". "Resulta lamentable la falta de respeto a las 720 familias que dependen de las dos fábricas, por su incapacidad de reunir a las dos empresas y hacer que cumplan sus compromisos".

Desde Avilés, misma contundencia del comité para referirse al Ministerio de Industria al que acusan de actuar "como un trilero" ante el conflicto generado.

A los trabajadores ya no les vale que la nueva propietaria de las factorías desde el mes de marzo, Grupo Riesgo, que adquirió las plantas en una operación de traspaso "dudoso" para los trabajadores, diga que cumplirá con los compromisos de inversión que en su día asumió Parter, al adquirir ambas plantas de Alcoa en una operación supervisada por el Gobierno. "Tienen que devolvernos el año perdido", indica Corbacho. "Los ánimos están muy alterados" entre los trabajadores, afirma categóricamente y especifica que la venta "fue el proceso Maroto, y Maroto está deslegitimada por no defender nuestro proyecto". "Tiene que dimitir y que venga alguien capaz de hacerse respetar como Gobierno", añade.

Fuentes de Alcoa justificaron su ausencia porque consideran que les "no les corresponde" asistir a la Mesa Técnica de dos plantas de las que "ya no es propietaria", pues fueron vendidas el 31 de julio de 2019 al fondo suizo Parter, que a su vez las revendió a Grupo Riesgo. Desde la multinacional del aluminio insisten en que "Alcoa ha logrado que el nuevo inversor asuma el mismo nivel" de compormiso "ante notario" que los acuerdos de venta realizados, que incluían el mantenimiento de la totalidad del empleo en las dos fabricas y un proyecto de futuro.

PROTESTA EN A CORUÑA

Tras una miniasamblea entre el comité y los trabajadores de Alu en A Coruña —celebrada en el edificio de sindicatos— para informar de los "no avances" tras la mesa técnica, un centenar de empleados de la aluminera bloquearon durante unos minutos el tráfico de vehículos en el carril de salida de la ciudad por Alfonso Molina, a la altura del concesionario de Seat, donde quemaron neumáticos para denunciar la situación de incertidumbre que atraviesan y el "enorme insulto" recibido tras la fallida mesa de la que han salido con idéntica incertidumbre sobre su futuro.