Bautista Vega ha dedicado los últimos 39 años de su vida a convertir el carbón en electricidad. Es el empleado más antiguo de la central térmica de Meirama central térmica de Meirama, donde ha trabajado desde el inicio de la actividad y ha representado a la plantilla hasta hace poco más de un mes. El cierre de la plantacierre abre para él las puertas de una jubilación anticipada, solución que mitiga la pena de ver morir el que ha sido su medio de vida durante cuatro décadas: "Prejubilarme es una alegría pero me hubiera gustado que esto siguiera funcionando", comenta Vega, que continúa como delegado del comité de empresa.

"Aquí pasamos 40 años produciendo electricidad para que Galicia pudiera exportar energía y ahora podemos pasar a ser una comunidad deficitaria", lamenta. "Siempre defendí -sostiene- seguir produciendo con carbón", a pesar de tendencia global hacia una economía libre de emisiones. Una vez descartado por Naturgy, los trabajadores propusieron reconvertir la central -recuerda- en una planta de biomasa para mantener parte del empleo. La eléctrica también lo descartó y optó por el eólico y el biogás. "Al desaparecer la térmica desaparece gran parte del empleo en la comarca", concluye Bautista Vega.