La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) percibe una inflexión a la baja de la actividad económica en España que va a contracorriente de la tendencia general de sus países miembros, en los que se refuerzan los signos de recuperación que ya se venían notando desde hacía dos meses.

La variación en julio para España del indicador compuesto avanzado, que señala por anticipado inflexiones del ciclo económico, fue el peor de todos los miembros de la OCDE, con una caída de 0,63 puntos.

España se quedó así en 93,72 puntos, claramente por debajo del nivel 100 que marca la media de largo plazo y también de los 98,88 puntos que tenía en enero, antes de que se empezaran a sentir los efectos de la crisis del coronavirus.