Un año y cinco meses después de que Alcoa se desprendiera de la fábrica de aluminio de A Coruña, el conflicto en la planta de la actual Alu Ibérica toca techo. La factoría paralizó ayer por completo su actividad en la primera jornada de una huelga indefinida que secundaron los más de 300 trabajadores para exigir la readmisión de una compañera con despido disciplinario, en un clima laboral cada vez más tenso. El comité de empresa, que el día Nochebuena interpuso una denuncia contra la empresa por “calumnias” y otros cuatro delitos, prepara nuevas acciones legales contra lo que considera “persecución” y “acoso” a los representante sindicales, a quienes les fue prohibido el paso a la fábrica ayer, según aseguran. Por su parte, la dirección condenó en un comunicado “actos vandálicos con un hacha” por parte de “un grupo de encapuchados”, unos hechos de los que dio parte a la Policía. El conflicto va en aumento y los trabajadores mantienen su demanda de que Gobierno y Xunta intervengan para preservar la industria. Denuncian además que no hay actividad real en instalación.

El lunes, la plantilla aluminera tiene una cita con el conselleiro de Economía, Francisco Conde, al que volverá a pedir “que ejerza sus competencias en industria”, avanza el presidente del comité, Juan Carlos López Corbacho. Será la primera reunión desde que la Audiencia Nacional admitió a trámite una querella por posible fraude en la venta de la planta, por lo que la Fiscalía y la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) investigarán tanto a Alcoa (dueña desde 1998 hasta 2019), como a Parter (el fondo que compró la planta hace año y medio) y a Riesgo (el grupo que tomó el control la pasada primavera). A las puertas de la fábrica, entre el humo de las barricadas y el ruido de las consignas reivindicativas, Corbacho comentaba ayer que no han tenido ninguna reacción de Alu Ibérica (Grupo Riesgo) sobre esta cuestión y que de hecho no hay “ninguna interlocución” entre los representantes de los trabajadores y la dirección de la empresa, a la que afean que lleve a cabo “maniobras mafiosas” y emita “cada semana, comunicados difamatorios” contra los trabajadores.

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Concentración de trabajadores de Alú Ibérica Víctor Echave

“Tanta lucha obrera como hubo aquí todos estos años no ha sido para que esta gente venga a tratarnos como si fuera una plantación de algodón del siglo XVIII”, advertía ayer el representante de la plantilla, con “súplicas” a las Administraciones para que “intervengan de una vez” antes de que “no quede nada”. El líder sindical avisa de que la huelga se mantendrá mientras la trabajadora despedida del servicio de comedor no vuelva a su puesto, ya que considera injustificado el despido y denuncia además de que no se dio audiencia al comité.

Encapuchados con un hacha

La empresa emitió ayer un comunicado en el que asegura que alrededor de las 7.30 horas “un grupo de ocho encapuchados que minutos antes habían estado hablando con el presidente del comité de empresa —apostilla— penetraron de forma violenta en las instalaciones y uno de ellos, armado con un hacha, destrozó las conexiones de las cámaras de seguridad y, al hacerlo, dañó también la acometida de agua que abastece a la planta y que es imprescindible para continuar con las labores de fundición”.

Alu Ibérica informa de que ha denunciado ante la Policía “actos de sabotaje” que considera “muy graves y preocupantes” y añade que se ha visto “obligada a suspender la entrega de material a la fábrica” por el riesgo de altercados. A su juicio, “estos actos delictivos buscan presionar y amedrentar al conjunto de los trabajadores ante el rechazo que ha tenido la convocatoria de huelga entre la plantilla”.

El comité tacha de “surrealista” y “lamentable” la comunicación de la empresa y avanza que la huelga continúa y habrá concentraciones con pancartas cada mediodía a las puertas de la fábrica de A Grela mientras dure el conflicto.

“Fundimos el mismo aluminio una y otra vez para hacer algo”

El plan industrial que Parter anunció al comprar la fábrica a Alcoa está lejos de cumplirse a juicio de los trabajadores. Con la electrólisis parada (las cubas se apagaron hace casi dos años) no es posible fabricar aluminio primario y Alu Ibérica ha manifestado su apuesta por el aluminio verde primario, el reciclaje el metal a partir de chatarra. “No es verde porque para eso tendría que cumplir criterios medioambientales el material que traen de fuera y no es así pero sí que circular si que es: entra por un lado, fundimos la chatarra con aluminio primario para darle la aleación, sale el producto comercial y si no hay más material lo volvemos a fundir. Nos tienen fundiendo el mismo aluminio una y otra vez para hacer algo y que la fábrica no pare”, lamenta el presidente del comité, Juan Carlos López Corbacho. La plantilla reclamará que las cubas se reactiven en 2021 porque considera que las medidas activadas por el Gobierno —principalmente el estatuto electrointensivo— tendrán un impacto limitado pero suficiente para que el precio de la luz baje a menos de 40 euros megavatio-hora, el umbral marcado por Parter para rearrancar.