Hasta que irrumpió la crisis del COVID-19, los esfuerzos por corregir los desequilibrios macroeconómicos en la Eurozona habían empezado a dar sus frutos. Desde entonces, según el diagnóstico transmitido ayer por la Comisión Europea a los ministros de Economía y finanzas del Eurogrupo, algunos de estos desequilibrios, como la deuda, se han disparado y con ello el riesgo de que se acentúen las divergencias en la zona euro y se frene la recuperación. Pese a la necesidad de mantener políticas expansivas, es preciso controlar que la hipoteca no sea demasiado grande, alertan.

“La deuda pública está de nuevo en aumento en estos momentos, especialmente en los países más golpeados económicamente por la pandemia. En la nota que hemos presentado recalcamos que esos desequilibrios lamentablemente son un riesgo que probablemente va a ir a más. Nuestro deseo es evitar que haya una recuperación con diferentes velocidades”, explicó el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, tras un debate de la Eurozona. En la reunión telemática se reiteró la importancia de mantener una política económica expansiva y de prestar atención a los desequilibrios derivados del impacto social de la crisis que “todavía no se han dejado sentir plenamente”.

Entre los desafíos que más preocupan a Bruselas, destaca la persistencia de algunos grandes superávits por cuenta corriente relacionados con un exceso de ahorro y una falta de inversión, el aumento de los déficits por cuenta corriente debido a las pérdidas de ingresos derivadas de las restricciones sufridas por el sector del turismo, los riesgos sobre salarios y productividad así como el aumento de la deuda pública y privada. Una deuda que se ha disparado en todos los estados pero particularmente en países con niveles de endeudamiento previos a la crisis del coronavirus más elevados, lo que refleja “el hecho de que la recesión ha sido más profunda en estos países”. En el futuro, el pago de la deuda por parte de las empresas podría ser un problema, especialmente en los sectores más afectados y de una forma más duradera por la crisis actual, lo mismo que las perspectivas para los hogares por el deterioro del mercado laboral.

El documento también alerta de un posible resurgimiento de los riesgos por la desaceleración de los precios de la vivienda, con correcciones a la baja en los próximos años en algunos países así como riesgos para el sector bancario. Aunque gracias a las nuevas exigencias en materia de capital la situación es mejor que tras la crisis de 2008.

“Es indudable que aún nos encontramos en un momento de gran incertidumbre”, admitió ayer la vicepresidenta y ministra de economía, Nadia Calviño, que, al igual que el resto del Eurogrupo, considera prioritario aprovechar el nuevo fondo de recuperación de 750.000 millones.

Nuevo récord de la deuda

La deuda del conjunto de las Administraciones Públicas cerró noviembre de 2020 en 1.312.590 millones de euros, con un aumento de 6.562 millones respecto a octubre, los que marca un nuevo máximo histórico. Según los datos del Banco de España, la deuda pública se ha incrementado en 124.606 millones, un 10,5%, desde noviembre de 2019, en un contexto marcado por la pandemia de coronavirus, que ha erosionado los ingresos y aumentado los gastos.