Banco Sabadell cerró 2020 con un beneficio neto atribuido interanual de dos millones de euros, un 99,7% menos, tras provisionar 2.275 millones que recogen provisiones por la crisis derivada tras el COVID-19, la ejecución de planes de reestructuración en España y Reino Unido, y completar ventas de activos problemáticos.

Sin tener en cuenta TSB —la filial británica—, el beneficio neto atribuido se situó en 222 millones a cierre de año, un 72,7% inferior al logrado en el ejercicio inmediatamente precedente, informó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La entidad, que “sienta las bases” para afrontar su nuevo plan estratégico que se presentará en mayo, registró un margen de intereses de 3.399 millones, lo que supone una reducción del 6,2% interanual por el efecto de menores tipos, menor aportación de la cartera ALCO y por el efecto de la titulación de préstamos al consumo realizada el año anterior.

Las comisiones netas, a final de 2020, se situaron en 1.350 millones, un 6,1% inferior al año anterior por la reducción de la actividad derivada del confinamiento por la pandemia, mientras que en el trimestre crecieron un 7,0%, apoyadas en el crecimiento de las comisiones de servicio y de gestión de activos.

En cuanto a los ingresos del negocio bancario —margen de intereses más comisiones netas—, se alcanzaron los 4.749 millones, un 6,2% menos en términos interanuales, mientras que en el trimestre aumentaron un 3,1%. El total de costes ascendió a 3.461 millones a cierre de diciembre, un 7,7% más.