A Alcoa le gusta guardar sus cartas hasta el final. Ya lo hizo hace dos años en la venta de la planta de A Coruña, con reuniones hasta bien entrada la madrugada y suspense hasta el último minuto. Y ahora los plazos se dilatan también en la venta de la que es su última fábrica de aluminio en España, la de San Cibrao, en Cervo (Lugo). Ayer se cumplió el plazo que la multinacional y el comité de empresa se habían dado para cerrar la operación con la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), que se ofreció a ser comprador intermedio, para dejar luego la instalación fabril en manos de otro grupo industrial. Al cierre de esta edición, no había resultado de esas negociaciones. “El Gobierno nos tendrá hasta el último minuto deshojando la margarita”, lamentaba ayer impaciente el representante de la plantilla, José Antonio Zan, tras un año intenso de lucha contra el cierre. “Que contesten de una vez. Que den certidumbre y que confirmen lo que no puede ser otra forma. Que la SEPI compre la factoría para luego vendérsela a un comprador industrial”, urgía. Ante la falta de certezas, los trabajadores avisan de que terminó el plazo y que volverán a la huelga la semana que viene.

La viabilidad de la venta se da por hecho, toda vez que varios grupos industriales han mostrado su interés, principalmente el británico Liberty. Alcoa mantuvo silencio ayer pero el jueves dejó dos cosas claras: que quiere vender a la SEPI para que luego esta revenda a quien decida y que quiere una cláusula que la blinde frente a posibles denuncias como la que la llevará a juicio el próximo día 20 por la presunta estafa en la venta de sus plantas de A Coruña y Avilés.

E El Gobierno ya no ve necesaria la intermediación de la SEPI: Liberty está “en condiciones de afrontar” la compra sin intermediarios. El Ministerio de Industria aseguró ayer que Alvance, la división de aluminio de GFG Alliance (dueña de Liberty House), sigue interesada y “en condiciones de hacer frente” a la compra de la planta de San Cibrao “sin necesidad de transmisiones intermedias”. De esta forma, el Gobierno no ve necesaria la intervención de la SEPI y, en un comunicado, emplaza a Alcoa a “contactos bilaterales” con el grupo de Liberty.

“Desde que se conoció a finales de diciembre la disposición de la empresa Alcoa de vender la planta de San Cibrao, diversas empresas industriales se han interesado en adquirir la fábrica. Alcoa ya tiene conocimiento de todas ellas, ya que unas contactaron directamente con la empresa y otras han sido remitidas a ella después de haber contactado con las administraciones”, señala el Ejecutivo, que ha animado a la aluminera estadounidense a “que inicie de manera inmediata contactos con todas ellas a fin de que tome las decisiones oportunas lo antes posible, siempre que impliquen propuestas viables y de futuro para la planta y sus trabajadores”. La falta de resultados de las negociaciones para la venta tiene en vilo a toda la comarca de A Mariña.