La reciente decisión de Argelia de cortar las relaciones diplomáticas con Marruecos ha aumentado la incertidumbre y la preocupación sobre el futuro estratégico del gasoducto Magreb-Europa (GME), que desde su puesta en marcha en octubre de 1996 envía millones de metros cúbicos de gas desde el desierto argelino a España a través de territorio marroquí y es vital para los tres países y Europa. Aunque el flujo de gas natural no se ha interrumpido, la posibilidad de un cambio significativo en sus condiciones e incluso el cierre planea ahora con más fuerza, ya que el contrato firmado expira el 31 de octubre sin que las negociaciones para extenderlo parezcan progresar, informa Efe.

La incertidumbre sobre el suministro de gas a Europa y el riesgo de interrupción amenazan con presionar al alza sobre el precio del gas, que ya es una de las principales causas que explican los actuales niveles récord del precio de la luz.