La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha sancionado con 127,8 millones de euros a ocho empresas dedicadas a la seguridad, señalización y comunicaciones de la red ferroviaria española por repartirse de forma fraudulenta hasta 82 licitaciones del Ministerio de Fomento y de Adif entre 2002 y 2017. Las empresas con mayores sanciones son Cobra, una división de ACS, que ha recibido una sanción de 30 millones de euros; la alemana Siemens, con 28,9 millones; la finlandesa Nokia, cuya multa asciende a 24 millones, y Alstom, compañía francesa que ha sido sancionada con 22.

Aunque solo estas tres compañías ya concentran el 82% de la multa, otras tres empresas tendrán que afrontar el pago de 17 millones de euros en el caso de Thales, de 3,7 millones (Bombardier), y de 1,7 millones (CAF Signalling).

Asimismo, diez directivos han sido sancionados con 483.000 euros por su responsabilidad en los hechos. No obstante, a uno de ellos se le aplicará una reducción del 50% en la multa por la información aportada durante el proceso de investigación. Además, también se le ha aplicado a Siemens el programa de clemencia. La firma alemana, que ha recibido una sanción en su matriz y otra en su división Rail Automation, minorará ambas multas al 50%, quedándose el importe total en 14,4 millones de euros.

La CNMC explica en su resolución que estas empresas crearon un cártel que se repartió de forma fraudulenta al menos 82 licitaciones del Ministerio de Fomento, del Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) y, posteriormente, de Adif, entre 2002 y 2017 para la construcción, ejecución de obras, suministro, instalación, puesta en servicio y mantenimiento de las instalaciones de seguridad y comunicaciones de la red ferroviaria del AVE y de la convencional. Competencia asegura que las prácticas de este cártel han sido especialmente dañinas ya que, en algunos casos, los efectos del fraude se prolongan hasta 2040 por el periodo de vigencia de algunas de las licitaciones repartidas y adjudicadas a estas compañías.

El cártel surgió en 2002 por iniciativa de las dos principales empresas del sector en ese mercado, Alcaltel (a partir de 2007 Thales) y Dimetronic (a partir de 2013 Siemens Rail), con el objetivo de no competir y repartirse las licitaciones mediante la constitución de una Unión Temporal de Empresas (UTE). Ambas empresas se repartieron los importes adjudicados y también la tecnología de señalización empleada en los proyectos. De esta forma, pudieron introducir sus sistemas tecnológicos en los concursos ganados al 50%, y se garantizaron también los contratos de mantenimiento. A partir de 2003, se sumaron otras empresas al cartel: Siemens, NSN (actual Nokia) y Cobra.

Las empresas del cártel decidían qué UTE —participada por las firmas del cártel— optaba a ganar cada licitación, presentando otras UTE o, en su caso, empresas del cártel de forma individualizada, ofertas de acompañamiento.