Las dos comarcas gallegas afectadas por el proceso de descarbonización, Cerceda y As Pontes, están oficialmente en la senda para reconvertir sus economías a un futuro —ya presente— sin centrales térmicas. La secretaria de Estado de Energía del Ministerio para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha firmado los “protocolos de actuación para los convenios de transición justa relativos a las centrales gallegas de carbón de Meirama (Cerceda) y As Pontes”, según informó ayer el Ejecutivo en un comunicado. Esta hoja de ruta dará acceso a ayudas económicas a los 19 municipios coruñeses que se consideran muy afectados por la clausura de las centrales de carbón de Naturgy y Endesa. A los 18 ya previstos por cercanía a las plantas, se ha añadido en el último momento a Ferrol, que a pesar de estar a 60 kilómetros de As Pontes resulta directamente perjudicado por el fin de las descargas de carbón en su puerto exterior y la repercusión en el sector del transporte.

Galicia ha sido la última comunidad en la suscribir este documento con el Gobierno. Ya lo habían hecho Aragón, Asturias, Castilla y León, País Vasco, Castilla La Mancha y Andalucía. Estas siete son las autonomías en las que la decisión de cerrar las térmicas para reducir la contaminación tiene un impacto directo en sus economías y su mercado laboral. Con el objetivo de paliar esos efectos, el Ejecutivo central, la Xunta y la Federación Española de Municipios y Provincias —a través de la Asociación de Comarcas Mineras (ACOM)— han suscrito el protocolo para trabajar juntos en la elaboración del correspondiente Convenio de Transición Justa que dará forma a esta transformación económica.

“Estamos muy contentos con la firma del protocolo por parte del Gobierno gallego. Llevábamos mucho tiempo esperando esta firma para seguir trabajando con estos municipios gallegos. Nuestra intención siempre ha sido que pudiesen aprovechar todas las oportunidades que se abren con las nuevas ayudas que se van a lanzar desde el Instituto para la Transición Justa”, aseguró Sara Aegesen.

La firma se produce después de que hayan culminado los procesos participativos que lanzó el Instituto para la Transición Justa para delimitar, caracterizar y diagnosticar de forma preliminar las zonas afectadas por el cierre de centrales térmicas. Este mecanismo de participación pública buscaba identificar posibles ideas y proyectos, inversiones y oportunidades de empleo para reactivar la economía de estas zonas, basada en “un modelo productivo diversificado y sostenible”.

Municipios beneficiarios

Con el siguiente convenio, que ha suscribirse a partir del protocolo, se formalizará la inclusión de los 19 municipios coruñeses afectados en las zonas susceptibles de recibir ayudas canalizadas por el Instituto para la Transición Justa (ITJ).

En concreto, se trata de cinco concellos del entorno de la térmica Meirama, que Naturgy cerró en junio de 2020: Cerceda, Carral, A Laracha, Ordes y Tordoia.

Por parte de la central de Endesa en As Pontes —en vías de cierre— el impacto es mayor y alcanza finalmente a 14 municipios: As Pontes, A Capela, Xermade, San Sadurniño, As Somozas, Mañón, Monfero, Moeche, Cerdido, Vilalba, Cabanas, Ortigueira, Muras y Ferrol.

Endesa ha hecho acopio recientemente de más carbón en As Pontes en previsión de que fuese necesario reactivar la térmica este invierno si las condiciones climáticas fuesen extremas y el mercado eléctrico tuviese problemas para atender la demanda. Pero el proceso de cierre es irrevocable y solo está pendiente de autorizaciones medioambientales. La central pontesa es la mayor térmica de carbón de toda España —con 1.468 megavatios de potencia— y el impacto económico de su desaparición es proporcional. Un informe de la Universidade da Coruña (UDC) calcula que el impacto inicial del cierre destruirá casi 1.500 puestos de trabajo y elevará el paro un 284,5%. El documento firmado por Fernando González Laxe advierte de que el fin de la térmica es “devastador para la economía” y reclama apoyo político “fuerte y decisivo” .