Los 130 trabajadores de la siderúrgica coruñesa Megasa, en Narón, conocen cada mediodía si fabricarán esa noche. Hace ya tres meses que la empresa dejó de fundir acero en horario diurno —salvo fines de semana y festivos— para esquivar las franjas más caras de la electricidad, después llegó en un parón de tres semanas por Navidades y esta semana la plantilla ha reanudado la producción nocturna (de 00.00 a 8.00 horas), pero con un ojo puesto en el pool, el mercado mayorista que cada jornada fija los precios de la electricidad para el día siguiente. “Si la luz se dispara, paramos. La decisión de producir o no es diaria, es una locura”, comenta el presidente del comité de empresa, Carlos Bascoy.

El representante de la plantilla asegura que no ha visto “nada igual” en los 23 años que lleva trabajando en la fábrica, en referencia al apagado de una semana completa previo al descanso de Navidad. En esas fechas el megavatio-hora alcanzó los 302,48 euros, el precio más alto que ha marcado nunca. Para producir acero corrugado es necesario un gran consumo de energía (electrointensivo), por lo que cualquier elevación del precio de la luz repercute en la cuenta de resultados.

Según los datos del comité, la factura eléctrica representa entre el 25% y el 30% de los costes de producción de Megasa, por lo que hace años que la dirección limita la producción en diciembre y enero (meses más caros) a las horas más baratas. Pero la inédita escalada de los precios de la energía en los últimos tiempos ha llevado a extender y extremar estas medidas. “No creo que en febrero podamos aumentar los turnos. Salvaremos la producción como ahora, trabajando por las noches, los fines de semana y los festivos. A partir de marzo esperemos que se normalice poco a poco”, afirma Bascoy.

El lunes, el martes y el miércoles de esta semana la fábrica ha funcionado con normalidad de madrugada. La plantilla está repartida en dos turnos. Los primeros trabajadores entran a las diez de la noche y comienzan a preparar la instalación para encender el horno de fusión a la medianoche. A las seis el segundo turno les da el relevo y alarga su jornada hasta las dos del mediodía, ocupándose del vaciado de las coladas de acero y otras tareas una vez que el horno se ha apagado a las ocho.

La decisión diaria de encender o no el horno depende de un cóctel de factores en el que el precio de la luz es el más potente. También el coste de las materias primas —que han disparado igualmente su precio en los últimos meses— y los pedidos que la factoría tenga en cada momento, explica el comité. Las cuentas no salían en la semana del 13 de enero y la compañía decidió parar.

“Esta situación nos genera inquietud e incertidumbre, aunque por el momento lo que nos traslada la empresa es que es que hay intención de seguir produciendo y mantener el empleo”, indica Carlos Bascoy. Desde el ERE de 2015 a plantilla de Megasa se ha mantenido estable en los 130 empleados en su fábrica de Narón. El grupo tiene otras dos plantas en (Zaragoza y Valencia) y tres en Portugal.

La fantasma de la deslocalización ante la escalada de los precios de la luz en España, y de crisis de electrointensivas como la de Alcoa, preocupa a los trabajadores de Megasa. “El 80% de lo que producimos va para exportación [Reino Unido, UE, EEUU...] y a la hora de colocar el acero a nivel internacional el factor del precio eléctrico es muy determinante”, reflexiona el presidente del comité, que señala que las plantas portuguesas de Megasa representan también competencia para la de Narón, ya que fabrican el mismo producto.

Las cosas están mejor por el lado de los ingresos. Bascoy celebra que “2021 fue un año muy bueno de pedidos y de ventas”, lo que anima a la plantilla frente a la “incertidumbre energética” . Los últimos resultados anuales publicados reflejan 3,2 millones de euros de beneficio en Megasa Siderúrgica (la planta de Narón), seis veces más del obtenido en 2019.

El megavatio sube a 215 euros

El precio de la electricidad en el mercado mayorista (pool) se incrementa para hoy en un 4,3 %, hasta situarse en 215,11 euros/megavatio hora (MWh), según los datos del Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE). La luz vuelve a subir después de su descenso de hoy y seguirá situándose por encima de los 200 euros/MWh, un valor que se ha alcanzado en más de la mitad de los días de enero.

Frente al tercer jueves del año pasado, el precio será más del doble que el de entonces, cuando fue de 87,25 euros/MWh. Por franjas horarias, la electricidad será más cara entre las 19.00 y las 20.00 horas, cuando costará de media 262,95 euros/MWh, y más barata en el tramo entre las 3.00 y las 4.00, cuando costará 182,88 euros/MWh.

Ferroatlántica apaga el tercero de sus cuatro hornos en Boo

La fuerte escalada de los precios de la luz azota las economías domésticas y también las industriales, en especial en aquellas fábricas que necesitan más consumo eléctrico para producir. Tras el apagón de Alcoa, las principales electrointensivas gallegas son Megasa, Ferroatlántica, Xeal, Celsa Atlantic y Showa Denko. Todas ellas se ven afectadas por la crisis energética y consideran poco efectivo el estatuto electrointensivo que el Gobierno aprobó hace un año con el objetivo de hacerlas rentables. Ayer mismo el grupo Ferroatlántica anunció que ha apagado desde comienzos de esta semana un tercer horno en su fábrica de Boo, en Cantabria, por el elevado coste de la luz y que trabajará hasta marzo y abril con uno solo. “Esperemos a ver qué pasa en abril cuando se supone que va a bajar el precio de la luz, pero ahora es imposible fabricar”, lamentó el presidente del comité de empresa, Francisco González. Asimismo, el portavoz de la plantilla apuntó que hasta que el precio de la luz no vuelva a ser “normal”, Ferroatlántica no puede competir con empresas de su sector en Francia o Alemania donde existe un diferencial de precios “muy importante”.