El Consejo de Ministros aprobó ayer el mayor de los proyectos estratégicos de transformación (Perte) por unos 12.000 millones para el sector de los semiconductores. La vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, destacó que se trata del proyecto “más ambicioso” hasta la fecha, tanto por su dotación como por su objetivo estratégico.

Esta iniciativa, que contará con Jaime Martorell Suárez (uno de los pioneros en Silicon Valley y responsable de firmas como ATT y ONO) como comisionado, se financiará mediante la agenda del plan de recuperación remitido a Bruselas, en el que se incluyen las inversiones y las reformas que hay que acometer para obtener los fondos europeos, explicó Calviño. La vicepresidenta ejerció de presidenta en funciones ya que Pedro Sánchez estaba en el Foro Económico Mundial en Davos, donde mantiene encuentros con tecnológicas para vender este proyecto. El plan, inicialmente estimado en 11.000 millones, se ha elevado a 12.000 millones.

En concreto se movilizarán 12.250 millones de inversión pública hasta 2027. Es el proyecto con mayor inversión de los diez aprobados hasta la fecha y “tendrá un efecto multiplicador en el conjunto de la industria”. En total, los Perte aprobados suman más de 30.000 millones de inversión pública. Las actuaciones del Perte se articularán en todos los eslabones de la cadena de valor, desde el diseño hasta la fabricación.

Cuatro ejes

Todo ello se desplegará sobre los activos estratégicos en los que España está mejor posicionada y se desarrollará en torno a cuatro ejes estratégicos: concepto, diseño y producción de chips y dinamización de la industria electrónica y de tecnologías de la información y comunicación; e impulso del ecosistema emprendedor de semiconductores. La distribución de recursos es la siguiente: en refuerzo de la capacidad científica, 1.165 millones; en estrategia de diseño, 1.330 millones; en construcción de plantas en España, 9.350 millones, en la dinamización de la industria de fabricación de tecnologías de la información y la comunicación, 400 millones y en gobernanza, 5 millones.

Calviño explicó que España está muy bien posicionada en diversos activos estratégicos: en el desarrollo de arquitecturas alternativas como RISC-V, donde el Centro Nacional de Supercomputación (Barcelona Supercomputing Center, es un centro de referencia internacional), en fotónica integrada, donde España es considerada a nivel mundial a través del papel que desempeñan las universidades politécnicas de Vigo, Valencia y Madrid; en el ámbito del desarrollo de chips cuánticos, con el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), así como con el proyecto Quantum Spain, en el que participan 25 centros ubicados en 14 autonomías.

Además, el crecimiento de la demanda de semiconductores en sectores tractores como la automoción (en el que España es el segundo productor de vehículos de la UE), la fabricación de máquinas herramientas o los electrodomésticos, justifican las economías de escala necesarias para desarrollar estas actuaciones.