El Ministerio de Inclusión y Seguridad Social apura las negociaciones para la reforma de las cotizaciones de autónomos. Ayer presentó una nueva propuesta que baja la cuota mínima a 230 euros y sube la máxima a 590 euros, con la que ha conseguido aproximar posiciones con las organizaciones más representativas del colectivo y estar un paso más cerca de cerrar ya esta carpeta. Desde el ministerio dirigido por José Luis Escrivá destacaron “significativos avances” y ATA, Uatae y UPTA se limitaron a reclamar modificaciones de matiz para concluir una negociación que entra en tiempo de descuento.

Una de las claves pendientes ya no es esa horquilla de las cuotas, sino el horizonte de aplicación. Es decir, si a partir de 2023 la cuota mínima será de 230 euros y la máxima de 590 euros o la entrada en vigor será progresiva y habrá otras cuantías transitorias. También si la actual reforma incluye una referencia explícita a la obligación de reabrir esta cuestión en 2026 para una segunda reforma con mayor distancia entre cuotas. La reforma para adaptar las cotizaciones de los autónomos a sus “ingresos reales” no ha gustado hasta ahora en ATA, afín a la CEOE y que se ha resistido a entrar al acuerdo. No gustaba por el aumento de cuotas que supondría para uno de cada tres autónomos, concentrados en los ingresos altos. No obstante, la entidad presidida por Lorenzo Amor ve viable acabar apoyándola, una vez Escrivá moderó los cambios más ambiciosos que pretendió en un primer momento, con cuotas de hasta 1.125 euros mensuales.