El Banco Santander obtuvo un beneficio ordinario de 4.894 millones en el primer semestre de 2022, un 33% más que en el mismo periodo del año anterior. Este fuerte repunte se debe a un impacto por cargos de reestructuración de 530 millones en el mismo periodo de 2021. Sin ese impacto, el crecimiento del beneficio es del 16%. La filial española, de plena actualidad por el impuesto sobre los bancos que prevé crear el Gobierno, mejoró su resultado un 86% hasta los 652 millones, gracias a los menores costes y provisiones.

Los resultados del grupo han estado marcados por la generación de ingresos y la diversificación del negocio, con especial fortaleza en Europa, donde obtuvo unas ganancias de 1.839 millones de euros, un 38% más que en el mismo periodo de 2021. En Sudamérica, los beneficios crecieron un 7%, hasta alcanzar los 1.946 millones. Mientras en Norteamérica se redujeron un 10%, hasta los 1.578 millones, debido a la normalización de las provisiones de crédito. A pesar de la “incertidumbre de los mercados”, la entidad registró una fuerte actividad comercial con un nuevo récord en recursos de clientes, que sumaron 1,1 billones tras crecer un 4% impulsados por los depósitos (5%). Los créditos aumentaron un 6%, concretamente las hipotecas el 7%, el préstamo al consumo el 6% y el crédito a empresas el 4%.