El turismo español se ha embarcado en una rápida reactivación tras el desplome del negocio durante la pandemia y mientras consigue sortear —al menos de momento— el impacto de la guerra en Ucrania y de las incertidumbres económicas aledañas. El sector hotelero ha registrado un auténtico boom de demanda durante el verano tras el parón de los dos últimos años, pero aún quedan flecos que desvelan que la recuperación hasta ahora no es total.

En plena temporada alta, con todos los registros de actividad turística creciendo con fuerza, España aún tiene cientos de hoteles menos que los que estaban operativos antes de la pandemia. Durante este agosto, estuvieron operativos un total de 16.328 en todo el país, muchos más que el año pasado, pero aún muchos menos que antes del golpe del COVID.

El mes pasado estaban abiertos en España 1.515 establecimientos más que el año pasado, cuando el turismo aún estaba muy a medio gas por las restricciones a la movilidad. Pero sigue habiendo 572 establecimientos menos que los 16.900 que estaban abiertos en el agosto del 2019 prepandemia, según los últimos datos del Instituto Nacional Estadística (INE). Una reducción de la planta hotelera que implicó que esta temporada alta en España se ofrecieron 3.200 habitaciones menos que antes del COVID, hasta un total de 877.350 durante este agosto.

Y es que la caída del número de hoteles activos afecta a todas las categorías de hoteles menos a los de cuatro y los de cinco estrellas. Mientras que el sector pierde en su conjunto más de 570 hoteles desde los niveles prepandemia, el número de establecimientos de mayor categoría ha crecido en este periodo.