La pesca reclama un estudio sanitario de las “copias vegetales” de productos del mar

El Consejo Consultivo de Mercados recomienda a la CE analizar el impacto de las proteínas ‘plant-based’ con especial hincapié en las “altamente procesadas”

Una clienta compra en un mercado.   | // MARTA G. BREA

Una clienta compra en un mercado. | // MARTA G. BREA / Jorge Garnelo

Jorge Garnelo

Tiene beneficios cardiovasculares, ayuda a mantener a raya los niveles del colesterol malo (LDL), se asocia a un menor riesgo de diabetes, y es bueno contra la depresión o la ansiedad. Son algunas de las cualidades del pescado, fuente de vitaminas A, B1, B2, B3, B12, D y E, que contiene los minerales necesarios para mantener una dieta equilibrada, y cuyo consumo está más que recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Blancos o azules, se aconseja para la población en general entre tres y cuatro raciones por semana; unas cantidades que en el caso de ciertos colectivos —como por ejemplo los vegetarianos o veganos— son sustituidas cada vez con más frecuencia por copias verdes que se asimilan en color y forma a los productos del mar. Ante el auge de estos sucedáneos, el Consejo Consultivo de Mercados (MAC) viene de publicar un dictamen en el que insta a la Comisión Europea (CE) a realizar un estudio sobre el desarrollo de estos nuevos alimentos. Un análisis que aborde cómo afecta a la salud sustituir las proteínas pesqueras por proteínas plant-based.

El citado órgano, formado por representantes de toda la cadena de valor de los productos del mar (productores primarios, procesadores, comerciantes, proveedores, minoristas, sindicatos) y otros grupos de interés (ONG ambientales y de desarrollo), urge a Bruselas llevar a cabo una investigación que se centre en esta cuestión, haciendo especial hincapié —a través de la participación de los servicios de DG Mare, DG Sante y DG Agri— en los efectos que generan los compuestos “altamente procesados” que incluyen envasados bajo denominaciones como Veggie o Meat Free.

De igual modo, el MAC pide que el informe cuantifique el peso que los sucedáneos de pescado y marisco tienen dentro del mercado así como su crecimiento potencial; los principales ingredientes y métodos de producción que la industria plant-based emplea al confeccionar estos alimentos para imitar la textura, apariencia, sabor y otras características de los productos del mar; y las prácticas de etiquetado que conciernen a los mismos, focalizándose también en la comprensión y la percepción de los consumidores respecto a al marketing que hay detrás de las copias verdes.

Precisamente este último tema, el del etiquetado “poco claro” de sustitutivos seafood a base de compuestos vegetarianos y veganos, es en el que más se centra el Consejo Consultivo de Mercados, que por otro lado demanda al Ejecutivo comunitario que evalúe si el marco legal existente regula suficientemente la presentación de estas imitaciones, y estudiar posibles normas específicas para regular esta competencia. Todo ello para garantizar “igualdad de condiciones” en la Unión Europea (UE) y ofrecer “información precisa a los consumidores que evite cualquier engaño”.

El MAC, que hasta insta a Bruselas a que se realicen actividades de inspección por parte de las autoridades competentes para asegurar que el mercado “respeta las prácticas leales de información”, aboga por tener en cuenta avances como los cosechados en países como España y Francia en relación al etiquetado.

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