La vieja Pescanova rebota a la pesquera el pago de indemnizaciones: “Tendrán quita”

Ambas firmas descartan el desembolso íntegro de 240 millones decretados por la Audiencia Nacional y apuntan a que el importe es pagadero desde 2044 u Se abonarían 6 millones

Una de las sesiones del juicio, con la sala casi vacía durante el COVID. |   // FERNANDO VILLAR

Una de las sesiones del juicio, con la sala casi vacía durante el COVID. | // FERNANDO VILLAR / Lara Graña

Lara Graña

La propuesta de convenio de Pescanova SA (o vieja Pescanova), ratificada por los acreedores y el juzgado en verano de 2014, es un galimatías de números y exóticos términos contables. Un documento de casi 180 páginas que sirvió, a fin de cuentas, para evitar la liquidación de la mayor multinacional pesquera de España. Incluía un plan de viabilidad y otro de pagos, cuya vigencia expiraba en un lejano 2044. Para entonces, siempre según estas estimaciones, la heredera del negocio (Nueva Pescanova) habría sumado ventas acumuladas de casi 20.300 millones y amortizado por completo una deuda de otros 837 millones. Entre aquellas previsiones y la realidad que afloró después hay un mundo: la multinacional elaboró otros dos planes estratégicos distintos, pasó a manos de la banca acreedora, mudó por completo su imagen corporativa, Abanca tomó el control y hasta recuperó –sin el acento gaucho– al famoso Rodolfo Langostino. Lo que sí se mantuvieron fueron los raíles sobre los que se sustentó aquel convenio, así como las fechas. La de 2044 es, ahora, determinante.

La sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha dictado decreto de ejecución de la sentencia del caso Pescanova, que dirimió las responsabilidades de la quiebra. Determinó que Manuel Fernández de Sousa-Faro y Pescanova SA deben, de forma solidaria, indemnizar a los afectados con cerca de 240 millones. Con el primero en prisión y la segunda con nula actividad, la pelota revolotea por los tejados. Dado que Nueva Pescanova asumió el grueso de los activos y pasivos de la vieja matriz, ¿debe también hacerse cargo de este pago? Y, teniendo en cuenta que casi todas las deudas a pagar fueron sometidas a quita, ¿corresponde aplicar una también a esta reparación económica faraónica? Hay unanimidad de opiniones en ambas empresas: a esos 240 millones hay que aplicarles la misma quita fijada en el convenio de acreedores, del 97,5%.

Esto significa que estas indemnizaciones tienen carácter concursal, a juicio de los asesores legales tanto de la vieja Pescanova como de la compañía que preside José María Benavent. Es un extremo, en todo caso, que plantea dudas en otros abogados especializados en materia concursal. Estos últimos entienden que el artículo 242 de la nueva normativa estatal convierte los 240 millones en créditos contra la masa, por resultar “de obligaciones nacidas de la ley o de responsabilidad extracontractual por todo tipo de daños causados con posterioridad a la declaración de concurso y hasta la conclusión del mismo”. Un crédito contra la masa no puede tener quitas. Para las concernidas, no hay dudas que valgan y no se pagará ese importe multimillonario. Lo que también tiene claro Pescanova SA es que, aplicada esa rebaja del 97,5%, el pago ha de ser satisfecho “por parte de Nueva Pescanova”, constatan fuentes de la sociedad. La factura ascendería a 5,95 millones de euros.

De modo que el proceso judicial instruido desde la Audiencia Nacional, aunque no tuvo ninguna relación con Nueva Pescanova, sí le tocará de refilón. En las cuentas anuales del último ejercicio fiscal ya lo daba por hecho: “Como consecuencia de la sentencia sobre el procedimiento contra Pescanova SA, el grupo ha actualizado el riesgo que podría llegar a asumir Nueva Pescanova y que se estima en un importe de 1,437 millones a valor nominal”. Ahora bien, y volviendo al convenio con los acreedores, ¿para cuándo? El año de la fecha determinante, 2044. “A estas cantidades [por los 240 millones de euros decretados por el alto tribunal] se le han de aplicar todas las condiciones fijadas en el convenio, tanto en lo relativo a la quita como al tiempo de pago”, zanjan fuentes del entorno de la compañía. Actores financieros consultados no descartan una “batalla” entre las dos firmas.

Los afectados por la quiebra, y reconocidos como tales por la sentencia, guardan silencio. El inversor más perjudicado por la trama comandada por Fernández de Sousa fue el fondo de inversión Luxempart, que ya en 2014 reconoció como pérdidas los más de 51 millones que había invertido en_Pescanova. Lo mismo hizo Corporación Económica Delta, de Grupo Damm (familia Carceller). “La columna Traspaso a la cuenta de resultados incluye básicamente la minusvalía asociada a los títulos de Pescanova SA por importe de 40,1 millones euros”, expuso en su informe de cuentas del ejercicio 2013. Con la espera hasta 2044 para que, en su caso, Nueva Pescanova tenga que pagar indemnización, de momento solo han salido fondos de un sitio para compensar a los afectados por la quiebra: el bolsillo del propio Sousa, con los 4,651 millones de euros que le fueron decomisados en Portugal cuando trató de evadirlos a China estando ya imputado.

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