EiDF recorta a la mitad su deuda y da por superada la crisis, pese a las reticencias del auditor

La facturación sube un 16% | PwC alerta otra vez del fondo de maniobra negativo de 6,6 millones y las pérdidas de explotación

julio pérez

La cotización de EiDF en el BMW Growth cerró la jornada ayer en 4,37 euros por acción tras una leve caída diaria del 0,09%. Su capitalización ronda en estos momentos los 253 millones de euros, nada que ver con los más de 1.700 millones que alcanzó como la estrella rutilante del mercado bursátil español hasta la orden de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de suspender la negociación de sus títulos el pasado abril por no presentar las cuentas de 2022 en tiempo y forma. Pasó algo más de un año. La firma gallega de autoconsumo fotovoltaico volvió al parqué a finales de agosto en medio de un duro enfrentamiento con el supervisor por las supuestas irregularidades detectadas por el forensic de Deloitte para dilucidar las diferencias que había respecto al negocio entre los responsables de la compañía y su auditora, PwC. Ha sido, según resalta la compañía en el balance del primer semestre, “una dura prueba de stress” que “ha sentado las bases para un crecimiento futuro basado en la fortaleza de sus activos, la bondad de su modelo de integración vertical y la decidida apuesta por reforzar y modernizar su gobierno corporativo, todo ello apoyado por el equipo humano que compone el grupo y el soporte de los principales accionistas”. EiDF “da por superada crisis”, exhibiendo una facturación en alza a pesar del huracán: 98 millones de euros, un 16% más que en la primera mitad de 2022 “homogeneizando el precio de energía a valores actuales”. Sin ese matiz, la cifra de negocio bajó el 33%.

La subida de los tipos de interés, y el encarecimiento, por tanto, de la financiación, frenan el bum del autoconsumo. El mercado “se ha sosegado”, señala la empresa, que admite limitaciones de acceso a nuevo crédito, renovación de operaciones previas, de formalización de acuerdos estratégicos, en la operativa diaria de procesos productivos, en compra de existencias e, incluso, en comunicación externa, durante el periodo de suspensión. Antes de que ocurriera, insiste, su salud “era óptima” tanto para la expansión del negocio como para la ampliación de capital necesaria para el salto al Mercado Continuo que se queda finalmente en el cajón.

La deuda a corto plazo se desplomó un 55%, hasta los 39,6 millones de euros a 31 de octubre (98,7 millones el 30 de junio) por “la actividad y gestión efectuada por el grupo en aras de fortalecer su situación financiera en los momentos actuales”. La de largo plazo va camino, según la compañía, de una reducción similar en el último trimestre del año, “lo que aumentará la rentabilidad, la competitividad y el potencial de crecimiento de la empresa. El resultado de explotación deja números rojos de 3,81 millones de euros y el semestre cierra con pérdidas de casi 7 millones de euros que achaca a la fase de desarrollo de su portfolio de generación fotovoltaica y de instalaciones de autoconsumo financiadas con contratos a largo plazo (PPA).

Al igual que las cuentas del pasado año, el fondo maniobra es negativo (-6,575 millones de euros), lo que, unido al resultado de explotación, mantiene prácticamente intactas las mismas salvedades de la auditora. Ambas magnitudes indican “la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento”. PwC insiste en que, a pesar de todas las medidas tomadas para mejorar la gestión del negocio y la estructura corporativa, “no nos es posible asegurar que no pudieran surgir otras cuestiones no identificadas hasta el momento” que “en su caso, pudieran suponer otros posibles errores y/o contingencias no recogidas”.

Fernando Romero: “Creíamos que cada día era una final”

Fernando Romero, fundador de EiDF y presidente del consejo de administración habla a trabajadores y accionistas desde una carta cargada de sentimiento. A la plantilla le agradece el “esfuerzo titánico y sostenido en el tiempo, dentro y fuera del ámbito laboral”. “Sin el extraordinario equipo humano, no hubiese sido posible superar el enorme reto que ha supuesto afrontar la crisis de confianza y la dificultad de acceder a los mercados financieros”, resalta. A los accionistas les reconoce la “tremenda dificultad” de los últimos meses: “Lo hemos vivido conjuntamente, a diario, y en muchos casos, creyendo que cada día era una final”. “No por el negocio, sino por unas situaciones que han opacado lo realmente relevante, la compañía, sus empleados, sus accionistas, sus proveedores y colaboradores”.

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