La crisis pesquera dispara el retraso de las empresas gallegas en pagar a proveedores

Galicia, la tercera comunidad con mayor tiempo de espera; en 2019 era la séptima | La media asciende a 93,4 días, solo por debajo de Andalucía (94,5) y Murcia (93,8)

Jorge garnelo

“Me tienen literalmente muerto si no me pagan la deuda, que cada día sigue subiendo. Sin comerlo ni beberlo, y tengo muchas dudas de poder cobrarla”. Estas declaraciones de un empresario vinculado al sector pesquero fueron recogidas por este periódico hace menos de dos meses con motivo de la crisis que comenzó a manifestarse y este medio avanzó, corroborándola progresivamente con los procesos preconcursales de Fandicosta, Atunlo y Actemsa. La caída de estos gigantes de la cadena mar-industria ha traído consigo un efecto dominó que también ha hecho tambalear a los negocios humildes con los que comparten mercado, provocando que hayan proliferado procedimientos monitorios, conocidos como “fórmulas rápidas de reclamación de deudas”, e incrementando —como no podría ser de otra forma— el periodo medio de pago del conjunto de las empresas gallegas. De récord.

Así lo recoge el último Observatorio de Morosidad, publicado por Cepyme, y dicha teoría es compartida por fuentes próximas a la patronal de las pequeñas y medianas compañías. Conforme recoge en su informe, Galicia es la comunidad que muestra “la peor evolución” y la única en donde el tiempo que las pymes tardan en pagar a sus proveedores ha aumentado seis trimestres consecutivos, un total de 18 meses, hasta alcanzar su mayor valor desde prepandemia.

El periodo medio de pago se ha disparado en la comunidad, de media, hasta los 93,4 días con los que ha cerrado el tercer trimestre de 2023. La cifra sitúa a la autonomía como la tercera donde los atrasos son más pronunciados, solo por debajo de Andalucía (94,5) y Murcia (93,8), sin contar a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (donde asciende a los 111 días).

“La coyuntura adversa, la restricción y el encarecimiento del crédito provocan un alza del periodo medio de pago en Galicia, siguiendo la línea que sucede también en el resto de España. Cuanto más pequeño en tamaño es el tejido empresarial más sufre esta morosidad, como sucede también en el caso gallego. Cabe recordar que la morosidad es un grave problema para las empresas, ya que detrae recursos para la inversión, el aumento de plantilla y la ganancia de productividad de las pymes”, puntualiza por su parte Cepyme.

En su Observatorio de Morosidad, la entidad deja claro que el periodo medio de pago está sometido en parte “a la desaceleración de la economía y los mismos tipos de interés elevados, que pueden debilitar la solvencia y llevar a echar mano de la contraproducente financiación sin coste derivada de la postergación de los pagos”. En este sentido, parte del sector pesquero ya ha expresado su preocupación ante la posibilidad de que la banca se precipite y restrinja los créditos a las empresas que lo conforman.

Frente a comunidades como Baleares (69,7 días), Cantabria (70) y Castilla y León (70,1), que manejan los tiempos de espera más reducidos, el que gestionan las pequeñas y medianas compañías del territorio gallego a la hora de pagar a sus proveedores es el más elevado de los últimos años que recoge el informe, al menos desde prepandemia. Para hacerse una idea, Galicia era la séptima autonomía en 2019 donde las compañías más tardaban en pagar a proveedores (83,8 días); la sexta en 2020 (83) y la quinta en 2021 y 2022 (84,6 y 86,8).

Del cuarto trimestre de 2022 (87,4 días) al tercero de 2023 (los mencionados 93,4), el periodo medio de pago ha aumentado casi un 7%. No obstante, Galicia es la sexta comunidad con el índice de morosidad en ventas a plazo más reducido de España (75,2); solo por delante de La Rioja (64,8), Extremadura (63,5), Asturias (59,9), Aragón (55,4) y Navarra (46,5), pero por debajo de la media nacional (92,4) y el desfase de Andalucía (149).

Un 14% más tarde que en el conjunto de España

El periodo medio de pago de las empresas gallegas en el tercer trimestre de 2023 fue casi un 14% superior al dato que arroja el promedio nacional (82 días), que por su parte se ha incrementado un mínimo 0,37% frente al segundo trimestre —en comparación al 3,2% de Galicia, casi 10 veces más— según el Observatorio de Morosidad de Cepyme. En la comunidad autónoma, explica fuentes del sector, este importante aumento de la demora también está relacionado con el campo agropecuario, que posee un mayor peso en el PIB que en el conjunto de España (4% y 2,7% respectivamente) y lo está pasando “mal” por la “evolución del empleo”. Dentro del sector agropecuario gallego, el 56% de los negocios pertenecen a autónomos, que resisten peor la actual coyuntura económica. Producto de todo ello, el “crecimiento de la economía gallega se está ralentizando un poco más”.

Un aumento considerable

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