Alcoa se niega a dar plazos para la reapertura de la planta de San Cibrao

El comité de empresa arremete contra “la ruptura total” del acuerdo por parte del grupo y dice que la situación es “muy grave”

REDACCIÓN / agencias

La esperada reunión de ayer entre la representación de los trabajadores de la fábrica de Alcoa en San Cibrao (Lugo) y la dirección de la multinacional concluyó “sin garantías, fechas ni concreciones”. La multinacional descarta, como se había comprometido, a reabrir la única planta de producción de aluminio primario en España el próximo 1 de abril. Y pidió más tiempo, según el comité de empresa, que critica la “ruptura total” por parte de la empresa del acuerdo de viabilidad firmado.

“La ruptura por parte de Alcoa es total, no tienen interés tan siquiera en guardar las formas. Está claro que hay una diferencia entre la gente que firmó el acuerdo y el actual CEO de la compañía y la actual dirección”, denunció José Antonio Zan, presidente del comité de empresa, tras el encuentro.

La cita se ciñó, según los representantes de los trabajadores, a la lectura de un comunicado por parte de Álvaro Dorado, vicepresidente global de Energía del grupo y que ejerce de las funciones de dirección en España.

Pese a que la construcción del horno de cocción —prevista para el pasado 7 de noviembre— se encuentra paralizada y sin fecha de ejecución, y que la empresa ha solicitado aplazar el rearranque de las 32 cubas de la factoría, contemplado para el 31 de marzo de 2024, el Comité de Empresa insiste en que el acuerdo pactado debe cumplirse. “El acuerdo se tiene que llevar a cabo sí o sí. Vamos a explorar todas las fórmulas posibles pero necesitamos el horno de cocción y necesitamos las cubas funcionando. El pilar básico de ese plan de viabilidad es el horno de cocción”, precisó Zan. Aunque la situación actual en términos de viabilidad de la fábrica, reconoce Zan, es “muy grave”, el comité de empresa confía en que el diálogo con administraciones y grupos políticos pueda conducir a que Alcoa “cumpla lo pactado” sin la necesidad de tener que recurrir a las movilizaciones.

“El momento de las protestas y la lucha lo hemos pasado y hemos llegado al punto en el que ahora estamos. Ahora mismo tenemos un acuerdo que está siendo controlado y avalado por el Gobierno y la Xunta. Si tenemos que salir a la calle, se hará, pero lo más importante es que las administraciones y las fuerzas políticas estén en el mismo camino y busquen la solución para la fábrica sin hacer que la ciudadanía sufra más”, explica.

Tras la reunión mantenida el lunes con el portavoz del BNG en el Congreso, Néstor Rego, y el martes con la secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, el comité de empresa de la factoría se sentó ayer con la conselleira de Economía e Industria.

Como en días pasados tras conocerse la amenaza del presidente y consejero delegado de Alcoa, William Oplinger, de llevar adelante medidas traumáticas en el empleo por la supuesta falta de rentabilidad de la planta —incluso se especula con la decisión de un cierre definitivo—, María Jesús Lorenzana reiteró su exigencia de “transparencia y concreción” a la compañía. “Tenemos que ser súper serios con la empresa”, advierte. “Siempre hay que exigir a la empresa, que es lo que estamos haciendo, que cumpla sus compromisos y apoyar a los trabajadores”, dijo Lorenzana. La Xunta emplearán “todos los mecanismos legales que tiene” para “ver jurídicamente si se está cumpliendo o no el acuerdo y los pasos que haya que dar”.