El precio de los coches a gasolina enfila los 24.000 euros tras triplicar la subida del IPC

El coste acumula un aumento de 10.000 en ocho años u La mejora del mercado y la inflación benefician a las arcas públicas con más recaudación: 25,57 millones

Lara Graña

El Instituto Nacional de Estadística (INE) dispone de una herramienta que permite calcular cuánto ha variado la inflación entre determinadas fechas. Por ejemplo: desde la llegada del euro los alimentos en el conjunto de España se han encarecido en un 95%; lo único que es más barato ahora, por la mayor competencia y las ofertas, es el apartado de comunicaciones (telefonía). Este indicador, el del IPC, aporta una guía general tomando como referencia una amplísima gama de productos y servicios, pero hay algunos cuya inflación parece que se comporten de manera más caprichosa. Y es el caso de los vehículos. De acuerdo a los datos facilitados por la Agencia Tributaria, un coche a gasolina costaba de media en Galicia en 2016 algo más de 13.850 euros, de los que 251 euros correspondían al impuesto de matriculación. Entonces la cuota de mercado para este tipo de combustible estaba, con el 32%, a años luz de la ratio actual (61%). A cierre del pasado mes de enero el precio con impuestos se encaramó hasta los 23.891 euros por vehículo. Equivale a un incremento tres veces más acusado al de la inflación general en este mismo tramo temporal 2016-2024.

Ninguno de los grandes grupos de productos analizados por el INE se aproxima a una cifra semejante. Desde enero de 2016 los alimentos se han encarecido cerca de un 40%, el transporte —por los combustibles— otro 30% y la hostelería y restauración el 26%. Y aquí son varios los factores a tener en cuenta.

El primero tiene que ver con la entrada en vigor de la normativa de emisiones WLTP , que entró en vigor en 2021 y que encareció los vehículos en unos 1.000 euros de media. Al ser un reglamento más exigente en materia de emisiones, eran más los coches que superaban el nivel de 120 gramos de CO2 por kilómetro y, por tanto, que ya no estaban exentos de pagar el impuesto de matriculación (en rigor, el Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte). Su aplicación, además, coincidió en plena resaca del COVID, cuando las ventas de vehículos se hundieron por las restricciones a la movilidad y la incertidumbre económica.

En segunda instancia, el mercado de coches se volvió a inflacionar de forma abrupta como consecuencia de la invasión de Ucrania, toda vez que los fabricantes trasladaron al cliente final la subida de costes logísticos, energéticos o de componentes. De hecho, solo entre 2022 y 2023 el precio medio de un coche a gasolina avanzó en 1.305 euros en Galicia, equivalente a una subida porcentual del 6%. En pleno atasco mundial por la escasez de semiconductores (chips), las casas fabricantes dieron prioridad en este periodo a los modelos más premium, que son los que reportan una mayor rentabilidad a sus cuentas. Y que son, claro, más costosos.

Por último está la irrupción de los modelos verdes, ya sea híbridos o neutros en emisiones, cuyo precio continúa fuera del alcance de buena parte de potenciales clientes. Otro ejemplo: si un coche a gasolina costó de media 23.272 euros en Galicia a lo largo del año pasado, los de propulsión alternativa alcanzaron los 27.800 euros. Los diésel, condenados al ostracismo en lo que respecta a las matriculaciones de nuevas unidades, se pagaron a 21.050 euros.

El año pasado el fisco ingresó 25,57 millones de euros por el alza en las matriculaciones y el peso de los coches a gasolina.

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