El Gobierno rechaza la opa húngara sobre Talgo al creer que hay inversión rusa detrás

“Hará todo lo posible” para frenar a Magyar Vagon y el fondo Corvinus

martí saballs / Juan c. Lozano

Bombazo en la esperada opa del consorcio húngaro Ganz-Mavag sobre Talgo. El Gobierno “hará todo lo posible” para rechazar la opa, según ha explicado el ministro de Transportes, Óscar Puente, en el II Congreso de Movilidad Inteligente y Sostenibilidad organizado por el Grupo Prensa Ibérica. La decisión del Gobierno, que teme que haya inversores rusos o el mismo Estado detrás de esta operación, es un bombazo en toda regla en una operación en la que el consorcio húngaro, integrado en un 55% por la compañía Magyar Vagon del inversor András Tombor y al 45% por el fondo estatal Corvinus, ultimaba ya la presentación formal de la anunciada oferta de adquisición (opa) por Talgo.

El Gobierno de Sánchez no ve políticamente con buenos ojos al Ejecutivo de Viktor Orbán (pese a que Hungría es desde 2004 miembro de pleno derecho de la Unión Europea). Considerado conservador y nacionalista, aunque en algunos sectores lo califican directamente de ultraderechista, Orbán mantiene sobre todo unos estrechos lazos con Vladimir Putin que convierten al primer ministro húngaro en el aliado más estrecho de Rusia dentro de la UE. El inversor András Tambor tiene un pasado como asesor y persona cercana al propio Orbán.

Ganz-Mavag iba a enviar por carta al consejo de administración de la compañía de ferrocarriles española la oferta formal, a un precio de 5 euros por acción. Talgo vale ahora en bolsa unos 570 millones, ya que cotiza por encima de los 4 euros por título. A partir de este instante, se iba a abrir definitivamente el proceso con el envío a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) del anuncio de la opa.

La oferta de adquisición del consorcio húngaro sobre Talgo era cuestión de horas, una vez que András Tombor logró cerrar el apoyo de los bancos acreedores de la compañía española. El acuerdo básicamente consiste en tener la seguridad de que las entidades financieras, que suman más de una veintena y que mantienen préstamos por más de 300 millones, no ejecutaran estos créditos cuando Talgo cambie de manos.