El ahorro de hogares y empresas en Galicia suma 1.589 millones en 2023 y bate récord

Hace justo cuatro años, la economía española se asomaba a una hibernación. El Gobierno decidió endurecer su batalla contra la desquiciante curva de contagios del coronavirus y ordenó el cierre de cualquier negocio que no fuera estrictamente esencial, aprovechando la habitual ralentización en las empresas durante los días festivos de la Semana Santa. Fue una crisis sanitaria y un shock en la actividad. “Los abultados niveles de ahorro observados en la fase más aguda de la pandemia fueron el reflejo de una caída del consumo de los hogares, superior al 12% en 2020, mucho más acusada que la de las rentas, que estuvieron parcialmente sostenidas por las ayudas públicas desplegadas para mitigar los efectos económicos adversos de la pandemia”, explicó hace unos meses Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, a propósito de la meteórica evolución de los depósitos en entidades financieras. Un fenómeno tan inédito como la propia situación sufrida con el COVID-19, que, remarcó, “no se distribuyó de forma homogénea entre los hogares”. En un análisis para analizar las causas y las consecuencias de esa bolsa de remesas en los hogares, el organismo atribuyó la “mayor parte” de la acumulación a la propia imposibilidad de gastar. El resto “tuvo una naturaleza precautoria, dado el elevado nivel de incertidumbre existente”.

El regreso a la vida en la calle y el ocio y el repunte de la demanda, especialmente a partir de mediados de 2021, aflojó la tendencia, penalizada después por la inflación y las fuertes alzas de los tipos de interés. Hasta finales del pasado ejercicio, las familias “apenas habían recurrido al ahorro extraordinario generado en pandemia para adquirir bienes y servicios de consumo”, según el Banco de España. Lo gordo se mantuvo en cuentas y fondos de inversión. Pero sí era cada vez más frecuente su uso para la adquisición de inmuebles o la amortización anticipada de hipotecas y esquivar así mayores cuotas por el cambio en la política monetaria. ¿Qué pasó desde entonces, en un escenario de IPC todavía complicado para el bolsillo del ciudadano y con retribuciones pobres en las entidades financieras? En Galicia siguieron creciendo los ahorros.

Al cierre de diciembre alcanzaron los 80.000 millones de euros, según el balance publicado ayer por el Banco de España. En el cuarto trimestre aumentaron en 626 millones y se sitúan en 1.800 millones de euros por encima de las reservas en depósitos que había un año antes.

Galicia es la cuarta comunidad con mayor incremento, el 2,3%. A la cabeza del ascenso de la hucha a lo largo de 2023 están Canarias (4,7%), Navarra (3,9%) y Comunidad Valenciana (3,2%). En el conjunto del país subieron el 0,2%, con 3.195 millones de euros más que en diciembre de 2022. Bajan en siete autonomías, especialmente en Madrid (3,5% de recorte), La Rioja (3,8%) y Aragón (casi un 5% menos).

En el caso del sector privado, el avance en Galicia en el último trimestre del año rozó los 1.200 millones y 1.589 millones en todo el año. Hogares y empresas, los llamados otros sectores residentes, tienen en depósitos 75.733 millones de euros, un récord histórico en la comunidad. Es casi seis veces más que los actuales presupuestos de la Xunta. Desde el arranque de la pandemia engordaron en más de 12.200 millones. Los depósitos de las administraciones públicas se redujeron en 530 millones entre octubre y diciembre, hasta los 4.267 millones, aunque se mantienen por encima de los niveles de diciembre del ejercicio anterior (4.022 millones).

La financiación va a la inversa, fruto del incremento de los tipos de interés, la contención de la demanda y el endurecimiento de los criterios de concesión por parte de la banca. El crédito en vigor rondó los 46.500 millones de euros al final del pasado año en Galicia tras un descenso de 124 millones en el último trimestre y de 680 millones respecto a diciembre de 2022. El retroceso anual en la comunidad, del 1,4%, es el menos intenso de todo el país junto a Canarias (1% de bajada), en un contexto de caídas generalizadas. En Aragón se desplomó el 10,5%; un 7,9% en Castilla-La Mancha y por encima del 7% también en la Rioja y Murcia.

Otra vez el comportamiento no es igual en el sector público y el privado. La financiación disminuyó en 1.600 millones de euros entre las familias y las empresas gallegas en los últimos doce meses. En cambio, los préstamos a las administraciones se elevaron en 952 millones.

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