Sin necesidad de ocupar todo el discurso con referencias a Vox o a Cataluña, Podemos ha encontrado un filón con el que marcar perfil propio en el sprint final de campaña. Su tesis es que si los números del 28-A se lo permiten Pedro Sánchez y Albert Rivera sucumbirán a la presión de "los poderes económicos" e incluso de "sectores del PSOE" para formar un gobierno de coalición. Una reedición de aquel fracasado pacto del abrazo de 2016 que sirvió a Pablo Iglesias para arremeter ayer en Vigo contra el candidato socialista, a quien reprochó que cerrara esa posibilidad "con la boca pequeña".

Podemos presume de tener una política de alianzas perfectamente definida, ahora que se acerca el momento de votar y se cuestionan la credibilidad de ciertas líneas rojas. "Nosotros no vamos a llegar a ningún acuerdo con Ciudadanos, ni con Vox ni con el PP, ¿sabéis por qué nadie nos lo pregunta? Porque nadie lo duda", zanjó Iglesias. Recalcó lo "cerca" que están de "gobernar" y presumió de un tono de campaña atípico, más prositivo que defensivo. Frente a una derecha "que solo habla de Cataluña" o un PSOE que usa una y otra vez a Vox para alertar de que "viene el lobo", Iglesias se enorgulleció de introducir "las cosas que importan a la gente" en la agenda. "Lo hemos conseguido sin insultar a nadie, solamente diciendo verdades", reivindicó.

Iglesias emuló su semblante en los debates televisados „"no hace falta insultar a nadie", reprodujo de nuevo„ y se cuidó de no caer en el "truco" de invocar a Torra o Abascal para no hablar de problemas como el alquiler o los salarios. Así, calificó de "tomadura de pelo" las reformas laborales aprobadas por PP y PSOE y dejó dos propuestas principales: por un lado, limitar el contrato temporal a seis meses, y por otro, reconocer como trabajadores a todos los autónomos con un solo pagador. En clave gallega, apenas se refirió a la "vergüenza" que supone que los ganaderos tengan que vender la leche "por debajo del precio de mercado" y lamentó el escaso protagonismo de la pesca en Madrid.

En su recorrido electoral por Galicia, Pablo Iglesias no solo hizo parada en Vigo. Antes de recalar en la ciudad olívica realizó una visita en la lonja de A Coruña durante la cual asistió a la habitual subasta de pescado de las 6.30 de la mañana. El secretario general de Podemos consideró "fundamental" que "España negocie mejor las cuotas pesqueras en Bruselas" para respaldar el desarrollo del sector. "Es fundamental entender que Galicia es el puntal de la pesca de nuestro país y hay que apoyar a un sector que genera muchos puestos de trabajo", sostuvo.