Los gallegos están llamados a elegir el día 26 a sus alcaldes y a sus representantes en la Eurocámara, pero los comicios que se celebrarán dentro de 17 días deciden mucho más. El PP gallego se presenta a estos comicios con el objetivo de volver a ser la fuerza más votada en Galicia, condición que perdió el 28-A por primera vez en su historia, y de reconquistar el poder urbano, que se le escapó hace cinco años (las alcaldías de A Coruña, Ferrol y Santiago y las diputaciones de A Coruña y Pontevedra), y mantener la ciudad de Ourense. Tendrá que emplearse a fondo, sobre todo en las urbes y el contexto no le favorece, pues la marca PP cotiza a la baja.

El presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, no descarta acuerdos con Vox si los precisa para regresar a alguna alcaldía. Eso sí, no de gobierno. Feijóo de Vox, al que ahora el PP tilda de "extremaderecha", solo quiere su apoyo para gobernar. Como en Andalucía. Feijóo explicó ayer sobre Andalucía: "No hay un gobierno con Vox. Es un pacto para apoyar un gobierno alternativo a los socialistas y Podemos con medidas concretas. Y por ahívamos a seguir".

El PSdeG se enfrenta al reto de mantener el liderazgo al que se encumbró hace dos semanas. Sabe que es difícil, pues entonces la movilización fue máxima. Entonces funcionó entre el electorado de izquierdas el miedo a un Gobierno de PP con C's y Vox, pero en Galicia la formación de Abascal solo se presenta en 13 concellos, eso sí en todas las urbes. Los socialistas liderados por Gonzalo Caballero quieren visualizar que son la alternativa al PP gallego en los comicios autonómicos de 2020, y para ello necesitan evidenciar que sus éxitos no son solo fruto del efecto Pedro Sánchez. Si no repiten como los más votados, ya será un avance que el PP no recupere terreno en las urbes y hacerse con la alcaldía de Santiago, como prevé el CIS. Su bastión volverá a ser Vigo. Abel Caballero está en condiciones de repetir mayoría absoluta, tras tres mandatos en el poder.

Las mareas acuden a las urnas para testar su capacidad de supervivencia. Llegan a las locales, tocados por las crisis internas. La derrota es posible en Ferrol, el CIS acaba de vaticinarla en Santiago y en A Coruña el PSOE puede pisarles los talones. Si falla el proyecto en las ciudades, la capacidad de reinvención de la confluencia de Podemos en Galicia se verá muy limitada. Por su parte, En Marea intenta salvar los muebles con sus listas en villas medias.

El BNG necesita sumar ediles. No le basta con subir votos. Aspira a regresar a Vigo y Ourense. C's y Vox buscan poner más de una pica en el bastión del PP gallego.