El alcalde, Xulio Ferreiro, reivindicó ayer el poder de la alegría, de la ilusión, para generar cambios en la política y en la manera de gobernar. Ferreiro explicó que el cambio empezó con las alcaldías de las principales ciudades, pero que seguirá hasta llegar, primero al Estado y, después, a la Xunta, y más tarde a Europa.

"Detrás de la ilusión de esta campaña estáis vosotros, están esas caras. Yo no veo a gente sonriendo en los mítines del PP. No, porque son serios. España en serio. Nosotros no somos serios, nosotros somos alegres y estamos ilusionados", dijo ayer Ferreiro, que recordó que había sido "la gente" la que "abrió una brecha" en las instituciones para conseguir que entrasen las candidaturas populares. "Yo se lo acabo de decir a Pablo: 'Pablo, ve haciendo las maletas porque te mudas, te mudas a la Moncloa y vamos a tener un presidente con coleta", dijo Ferreiro en su primera intervención y, entonces, se le sumaron, de nuevo, las voces del público, gritando "presidente, presidente". Ferreiro dejó claro ayer que En Marea era una mezcla de varias sensibilidades y partidos que se habían puesto de acuerdo para entenderse. "Yo no soy de ningún partido, sin embargo, estoy seguro que se respira muchísimo más compañerismo aquí que en cualquier reunión o comité federal del PP, del PSOE, del BNG o de Ciudadanos", dijo Ferreiro, apelando a la diferencia y al proceso que los partidos como Esquerda Unida -al que pertenece Yolanda Díaz- hicieron para integrarse en las candidaturas populares. El alcalde, desde la que fue su facultad, invitó a todos los asistentes al acto a votar "con orgullo, con afecto y con hambre" y quiso que los indecisos viesen el futuro en el espejo de las "ciudades rebeldes".

"Ya sabemos que no hace falta vestirse con trajes caros para gobernar una ciudad, puede hacerse con camisas de cuadros. Sabemos que se puede devolver la dignidad al callejero, que no va a haber más General Mola y se puede hablar gallego en el Concello de A Coruña, que no pasa nada", reivindicó Ferreiro, que aseguró que no solo han cambiado las formas sino también las políticas, porque el Gobierno local firmará un acuerdo con las eléctricas para que no se le corte la luz a las personas que no puedan pagar la factura.