El PP perdería la Alcaldía de Santiago, que persiguió durante 25 años, situación que no paliaría ni siquiera un pacto con Ciudadanos (C's), la emergente fuerza que entraría en el consistorio con dos asientos bajo la candidatura precisamente de un exedil popular. El panorama dibujado por el sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) incluye un posible tripartito de la izquierda liderado por PSdeG, con un BNG desdibujado con solo dos ediles, y una irrupción de calado con Compostela Aberta, el proyecto que encabeza Martiño Noriega.

La capital gallega es la única urbe incluida en este análisis demoscópico, en el que el PP bajaría de los 13 ediles actuales a entre 9 y 10. La candidatura del exconselleiro Agustín Hernández confía en que Ciudadanos, a quien el 24-M pilla en la cresta de la ola mediática, lograse una presencia que le permitiese mantener el bastón de mando. Según el CIS, se quedarían a dos o tres asientos de la mayoría absoluta, aunque en una proyección con un 30,9% de indecisos. y un 6% que no contesta.

Los precedentes del CIS no parecen fiables, pues hace cuatro años pronosticó entre 10 y 11 puestos en la corporación al PP de Gerardo Conde Roa, que finalmente logró la mayoría absoluta, fijada en 13. Eso sí, por un puñado de votos que privaron de un edil al BNG, víctima de un proceso de división que cristalizó dos años después en la asamblea de Amio.

A la vista de los indecisos, la conclusión es que la victoria entre la derecha y la izquierda se debate por poco margen, que de un concello con tres fuerzas se pasa a un escenario con cinco y que en la izquierda irrumpe Compostela Aberta a costa de los votos de PSdeG, que resiste a duras penas como segunda fuerza, y un BNG que continúa su caída libre y pierde otro edil quedándose con dos.

La propia cúpula socialista desconfiaba del tirón de su cabeza de cartel, Francisco Reyes, que perdería entre dos y tres escaños respecto a los 9 de 2011. La tradicional hegemonía socialista en la ciudad sería historia, por tanto.

Además, Martiño Noriega irrumpiría con casi el 20% de votos y cinco ediles, capitalizando el perfil mediático de su candidato, al que no penalizaría su polémica decisión de delegar la Alcaldía de Teo a sus compañeros de Anova mientras realizaba la campaña en la capital gallega para no cedérsela al BNG.

Algunos datos del CIS, que realizó la encuesta entre el 23 de marzo y el 19 de abril -dos días después de la detención del exministro Rodrigo Rato-, aportan argumentos a quienes vaticinaban un duelo electoral centrado en Agustín Hernández y Noriega. Sus formaciones lideran la simpatía de electorado -20,4% y 18,6%, respectivamente- y el voto de celebrarse mañana los comicios -17,4% y 13,6%, respectivamente-.

Santiago, con Ourense, ha vivido el mandato más convulso de Galicia, con una crisis sin precedentes en el PP, cuyos electores nutren mayoritariamente a Ciudadanos. Gerardo Conde Roa dimitió por defraudar a Hacienda, su relevo fue imputado y siete ediles condenados y luego rehabilitados para acabar el mandato con Hernández y 11 ediles no electos. Este legado apenas penaliza entre los votantes populares, pues solo el 27% de ellos considera mala o muy mala la gestión. El 49% la define como regular y el 19% como buena o muy buena.

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