Bajo el lema Siempre hacia adelante, con el puño y la rosa sobre fondo blanco, descansaba ayer en las mesas la promesa del menú por el que cada uno de los militantes socialistas había pagado 22 euros para compartir un rato con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que, ayer, acudió a la ciudad a mediodía para arropar a la candidata socialista a la Alcaldía, Inés Rey, y que, después viajó a Santiago y a Vigo para el mitin central de la campaña de Abel Caballero, el candidato al que los sondeos dan una mayoría absoluta incrementada.

"Es muy importante que el próximo 26 de mayo no faltemos a la cita con las urnas. Es muy importante que sepamos que un solo voto puede decantar que esta maravillosa ciudad de A Coruña o que muchos otros concellos sufran un retroceso o garanticen el avance para los próximos cuatro años", dijo ayer Sánchez, moviendo las manos, desde el atril colocado en el salón del Meliá María Pita, rememorando el discurso del miedo utilizado en las generales y del voto para frenar a la derecha.

El acto, que no estaba enfocado como un mitin a la vieja usanza, en la que se cuenta el éxito por miles de asistentes, resultó acogedor para los 320 militantes de A Coruña y comarca que se sentaron por grupos, en mesas redondas, en el comedor. Pasada la una y media, Sánchez, entró por la puerta del hotel. Del otro lado, en el paseo, estaban los trabajadores de Alcoa, con sus camisetas naranjas y su pancarta de Peche non. Alcoa solución, con sus ganas de que la promesa que Sánchez pronunció poco después se hiciese realidad.

En su discurso, aunque ellos no pudieron oírlo „el acto era a puerta cerrada„, aseguró que, durante esta legislatura aprobará el Estatuto del Consumidor Electrointensivo, ese del que tan pendiente está la plantilla, que lo esperaba, por ser promesa socialista, para antes de las elecciones generales. "Inés, el compromiso lo tienes", sentenció Sánchez.

En la puerta del hotel le esperaba, con chaqueta roja socialista, la candidata coruñesa y antes de abandonar los pasillos y de llegar al comedor, un hombre gritó: "Pedro, no se te ocurra pactar con Ciudadanos, con Ciudadanos no", le repitió, algo que Sánchez no ha dejado de oír desde que la noche electoral del pasado 28 de abril.

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Acto de Pedro Sánchez en A Coruña con militantes socialistas

Acabado el pasillo, tras las puertas del salón, cientos de socialistas se levantaron al son de la sintonía del partido, y aplaudieron la llegada del presidente en funciones, que hizo todo el paseíllo que le separaba del atril dando besos, abrazos, la mano y posando para todas las fotos que los asistentes se querían llevar de recuerdo.

Sánchez se acordó ayer en su discurso de los "militantes de base", de su "trabajo anónimo y silencioso, que no se ve, pero se nota", y recordó los 140 años de historia de la formación del puño y la rosa.

"El pasado 28 de abril, España dio muchos mensajes, un mensaje a Europa y un mensaje a sí misma, un mensaje de que se puede, de que se puede crecer y subir el salario mínimo interprofesional, de que se puede crecer y repartir justicia social, de que se puede crecer y hacer una transición ecológica teniendo en cuenta los intereses de la industria y de que se debe y se puede frenar a la derecha y a la ultraderecha", comentó Sánchez, que apostó por repetir la misma pregunta que el 28 de abril, pero aplicada a los "concellos" „un pequeño guiño al gallego, durante ell discurso„ "¿queremos avanzar o retroceder?", Iinquirió Sánchez, que cree que los votantes repetirán la misma elección que en abril.

Y bromeó con "los que hay enfrente", en referencia a PP, Ciudadanos y Vox. "Uno dice que está viajando al centro, debe ser al centro de la tierra; el otro está empeñado en adelantar al PP por la derecha y, el otro, que no sabe si sube o baja, imagino que del caballo", relató Sánchez, bajando el tono para oír las risas que provocaba y, después, elevándolo y apurando las palabras a la hora de decir cuáles son los retos a los que se enfrentan los gobiernos que salgan de las urnas. "Estas elecciones van del futuro de la gente, de su educación, del empleo, de la sanidad, de la dependencia, de Servicios Sociales... y de eso es de lo que habla el Partido Socialista", dijo Sánchez, entre aplausos.

Y quiso recordar también al recientemente fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, al que rememoró como "un hombre que luchó por la igualdad real entre hombres y mujeres" y llamó a los militantes a "seguir trabajando para contribuir su legado" y enumeró algunas de las medidas que prevé aprobar en estos cuatro años. Lo volvió a hacer acelerando la marcha, como si no le diese tiempo a decirlo todo, y, con ese ritmo, prometió la aprobación de una ley educativa, que las escuelas infantiles „la educación hasta tres años„ serán gratuitas y universales, sobre todo "para las familias con menos recursos" y una nueva ley de universidades.

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Acto de Pedro Sánchez en A Coruña con militantes socialistas

"Necesitaremos también ayuntamientos que cedan suelo para la construcción de esas escuelas infantiles y para apostar por la formación profesional. Eso lo garantiza Inés en A Coruña", anunció Sánchez, que recuperó la idea de impulsar la ley de dependencia.

"Da gusto ver los salones llenos", inició Inés Rey su discurso, y recordó que, en las pasadas elecciones generales, el PSOE había sido primera fuerza en A Coruña, "después de once años" y tras haber pasado a ser la tercera en María Pita, muy lejos de aquellas mayorías absolutas que coleccionaban en los 90.

"Vosotros estáis mirándome a mí, pero yo estoy mirando al mar", dijo Rey, que puso como ejemplo la construcción del paseo marítimo para abordar el cambio de uso de los muelles interiores, explicó con la vista puesta en el futuro, pero también recordando y reivindicando un pasado del que ella forma parte. "Fue posible porque teníamos un gobierno socialista comprometido con el desarrollo de la ciudad y con un gobierno en Madrid, con Pepe Borrell en el Ministerio de Fomento, que nos ayudó a hacerlo, ahora, con una alcaldesa socialista y con tu compromiso, Pedro, vamos a dibujar la sonrisa de A Coruña por el otro lado", dijo Rey, que se comprometió a desbloquear los grandes proyectos, como el aeropuerto y el vial 18, aunque se dejó atrás, entre otros, el saneamiento de la ría de O Burgo.

Desde la mesa presidencial, siguiendo el discurso, asintiendo, comentando a veces con su compañero, el secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, y regalando sonrisas, atendió Sánchez a Rey, esperando su turno.

"No está nada escrito y no está nada hecho, vamos bien porque la gente confía en nosotros", explicó Rey que, además del apoyo de Sánchez, recibió el del presidente de la Diputación y secretario general del partido en A Coruña, Valentín González Formoso, y el del secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, para el que Sánchez auguró y pidió un futuro como presidente de la Xunta para poder poner en práctica las medidas anunciadas y que requieren la colaboración de las administraciones autonómicas.

Caballero animó a "no perder ningún voto", a llenar las urnas y González Formoso a tirar de "orgullo socialista" para llenar, de nuevo, las urnas con papeletas del puño y la rosa. Atrás quedaron ayer las pugnas por la configuración de la lista, que no fueron pocas, incluso aquel mitin en el que Rey ejerció de anfitriona de una precandidata Susana Díaz en la carrera por la Secretaría General del PSOE, en la que se enfrentaba a Sánchez. En el salón del Meliá María Pita, eran ayer todos "amigos" y "compañeros", todos socialistas con el mismo objetivo: ganar las elecciones.

Y, entre ellos, muchas caras conocidas como la de la portavoz socialista en María Pita, Yoya Neira, que ha sido desde siempre una de las caras del sanchismo en la ciudad, también la del que fuera su antecesor, José Manuel García, que entró en la lista hace cuatro años como independiente y que perdió la carrera con Inés Rey para ser candidato a la Alcaldía, el delegado del Gobierno, Javier Losada, o el ex presidente de la Xunta Fernando González Laxe.

Ya en Vigo, ante miles de personas, Sánchez agradeció "el apoyo masivo" que los vecinos habían brindado al "proyecto socialista" y prometió rehabilitación y construcción de vivienda pública, aunque también pidió colaboración con la cesión de terrenos.