El PP vive sus peores momentos tras la debacle de las pasadas elecciones generales del 28 de abril, en las que perdió 3,6 millones de votos y pasó de 137 diputados a 66, acechado por Ciudadanos como primer espada de la oposición. En Galicia, los populares vivieron también su jornada más amarga, pues por primera vez no lograron ser la fuerza más votada, superados por el PSOE. Tras ese golpe, el resultado de las municipales del domingo determinará la fortaleza del partido de la gaviota en la única comunidad gobernada con mayoría absoluta a poco más de un año de las autonómicas. Ante esa coyuntura, el líder del PP gallego y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha decidido apretar el acelerar e intensificar sus intervenciones electorales durante los tres últimos días de campaña.

El de Os Peares mantuvo una agenda moderada en ese mismo tramo final del 28-A con siete actos y un inédito cierre de campaña en Madrid acompañando a su jefe de filas, Pablo Casado, cuyo puesto ya ha sido cuestionado tras la debacle.

Ahora, sin embargo, prevé al menos 11 actos de campaña, pues esos son solo los confirmados y su equipo busca cómo organizar tres más mañana y lograr así un pleno con visitas a las siete ciudades. Ayer dedicó la mañana a lanzar sus mensajes en Bueu y Meaño y la noche a Ourense y Santiago. En el primer concello arremetió contra el Gobierno de Pedro Sánchez por su "interpretación" de la Ley de Costas, que "pone en peligro" no solo Ence, sino depuradoras y conserveras situadas en el litoral. En Meaño también ofreció al PP como garantía de "unidad" frente a la "división, la imposición, el extremismo y el nacionalismo" de sus rivales e incluso reivindicó acciones del Ejecutivo gallego en O Salnés.

Tras presidir el Consello de la Xunta por la mañana, hoy acudirá a Mos, Redondela y Pontevedra. Mañana cerrará la campaña en Santiago, A Coruña, Ferrol y Vigo. El PP trata de sumar Lugo, Ourense y Pontevedra.

Su agenda es tan intensa como la de la recta final de las autonómicas de 2016, en las que logró su tercera mayoría absoluta consecutiva. La crisis del PP exige la máxima implicación de su principal activo en Galicia para frenar la fuga de votos.

Los populares parten de una posición débil en el ámbito urbano, pues solo gobiernan una ciudad, Ourense, única incapaz de aprobar un presupuesto este mandato. Hace cuatro años, los de Feijóo fueron los más votados en 203 de los 314 concellos, pero cayeron 10 puntos respecto a su exitoso 2011.

Las mareas les arrebataron los bastones de mando de las tres ciudades coruñesas y los pactos PSdeG-BNG los desplazaron de las diputaciones de A Coruña y Pontevedra. Ahora, incluso la de Ourense, feudo baltarista, peligra para el PP. De hecho, el expresidente del Gobierno y exlíder del partido, Mariano Rajoy, arropará a los suyos mañana en Ourense, Celanova y Xinzo da Limia tras visitar Lugo.

Casado personalizó la derrota del PP el 28-A, aunque Feijóo sufrió un inédito sorpasso del PSOE. Ahora el responsable del resultado será en gran parte él, pese a que no se presenta. El 26-M fijará las fuerzas de cada partido con las autonómicas de 2020 ya en la mente de muchos.

Feijóo no ha confirmado todavía si optará a un tercer mandato, pese a haber deslizado que la de 2016 sería su última batalla electoral, eso sí, tras prolongar un misterio en aquella ocasión que causó horror vacui a los suyos.